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Breves apuntes sobre la transformación digital para pymes

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Antes de abordar este artículo he querido revisar en Google Trends la evolución del término “transformación digital” en España en el último lustro. A priori esperaba un fuerte incremento en los dos últimos años que es cuando este concepto se ha convertido en mainstream. Y los datos no decepcionan; hay un aumento de las búsqueda en Google a partir del 2016.

Todo el mundo habla de transformación digital, e incluso algunas organizaciones tienen proyectos para transicionar del analógico al digital. En algunos casos es puro marketing, en otros no saben por donde empezar. A continuación, algunas reflexiones sobre procesos de transformación digital aplicables a cualquier organización. La digitalización no entiende de tamaño.

La transformación digital empieza con la cultura de la organización, no con la tecnología

No se trata de implementar los últimos ERP, CRM del mercado, ni migrar tu arquitectura tecnológica al Cloud. La tecnología es el penúltimo paso. Todo proceso de transición digital (me gusta más este término que el de transformación que es demasiado abrupto) requiere previamente un cambio de esquema mental (mindset) en la organización. Al fin y al cabo, un proceso de estas características, no deja de ser un proyecto de gestión del cambio. Y para que tenga éxito se ha de crear el caldo de cultivo adecuado. Es lo que se denomina cultura. La cultura es el pegamento de una organización. Son sus cimientos. Determina las actitudes y comportamientos del todo y de las partes del sistema. Por lo que si quieres cambiar la organización has de empezar por los fundamentos. Por la cultura. Y por experiencia, muchos cambios culturales requieren de nuevas habilidades y capacidades. Nuevos liderazgos con nuevas visiones. Un cambio de ADN. Esto es válido para una multinacional como para un comercio de barrio.

Has de valorar el impacto que puede tener la digitalización en tu negocio

Antes de actuar hay que calibrar. Hay que determinar cómo puede afectar las nuevas tendencias tecnológicas, sociales, legales, etc. a tu negocio. No todos tienen el mismo grado de exposición a la disrupción tecnológica, y por tanto las urgencias no son las mismas. Por ejemplo, el sector financiero tiene presiones competitivas intensas tanto dentro de su sector, como por parte de nuevas organizaciones que están utilizando de forma intensiva la tecnología. En una empresa industrial distribuidora de tornillos esas presiones son menores. Todas las organizaciones necesitan evolucionar. Es ley de vida. Pero unas tienen más necesidad que otras. Por lo que es importante evaluar correctamente qué es lo que ha pasado en los últimos años en tu sector, y cuáles son los posibles escenarios de futuro. Pensar antes de actuar.

La digitalización de una organización tiene sus propios ejes

Las organizaciones del presente que quieren ser competitivas en el futuro están abiertas a colaborar con sus ecosistemas. Es muy ingenuo pensar que puedes hacerlo todo bien tú solo. El sufrimiento actual de General Electric, otro conglomerado industrial y financiero paladín del management de la década de los 80’s y 90’s es un buen ejemplo. Actualmente no se puede ser el mejor en todo. Es necesario cierto foco.

También es cándido pensar que el mejor talento reside en tu organización. Ni lo tienes ni seguramente lo puedes contratar. Por lo tanto, hay que conectar “fuera” para aprender. Las organizaciones han de aspirar a ser hubs de conocimiento.

La importancia de los datos en la toma de decisiones

Después de siglos de humanismo, la sociedad actual es científica, y los datos son la materia prima de las organizaciones. Y no me refiero a organizaciones como Facebook, sino a todas. Necesitas datos para entender a tu cliente. Datos para identificar aspectos de mejora en tus operaciones. Datos para automatizar procesos. Datos, datos, datos. Y para poder incorporar datos a tus decisiones has de tener claro cuál es tu estrategia, fijar objetivos y asignar métricas de seguimiento.

Implementar un plan de digitalización

Una vez tienes la visión, hay que trazar un plan de implementación. Y aquí sí que podemos empezar a hablar de tecnologías y herramientas en función de los recursos y capacidades de cada organiación. Todos tenemos claro la importancia de conocer al cliente y tener datos de su comportamiento y evolución. Pero eso no impica que todas las organizaciones necesiten implementar Salesforce. EL CRM es un filosofía que se puede hacer con un excel o directamente desde el gestor de correo electrónico.

Resumiendo: Primero hay que cambiar el chip y preparar la organización para el cambio. Tan solo esto, es un esfuerzo titánico. Luego has de definir la estrategia. Y pasa por mirar que está pasando en tu negocio para luego mirar adentro de tu organización y evaluar si con estos “mimbres” puedes hacerte el “cesto” que necesitas. Como seguramente la respuesta es que no, hay que abrirse y colaborar. Aprender de otros. Y por último hacer que la cosas pasen, es decir, un plan para accionar tu visión. Nadie dijo que fuera fácil, pero la alternativa es peor. ¿Empezamos?