Informe OBS: Festivales de música y COVID-19: ¿el fin de un ciclo brillante?
España perderá más 7.000 millones de euros por la cancelación de los festivales de música
- Más del 60 % de festivaleros acude a más de un festival al año, siendo la mayoría de ellos de edades comprendidas entre 26 y 45 años.
- La fiebre por los conciertos online que llenaron las redes sociales en marzo y abril se ha demostrado poco rentable para los grupos.
- El Primavera Sound y el Sónar tienen un impacto económico estipulado en 120 millones de euros.
¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria actual a los festivales de música en España? ¿Qué repercusiones económicas y turísticas tendrá que la mayoría de festivales no puedan celebrarse este año? ¿Son los festivales de música importantes para nuestras economías? Son muchas las preguntas que surgen tras la crisis sanitaria mundial derivada del Covid-19. Y es que la industria de la música, concretamente los festivales de música tuvieron un impacto de más de 5.000 millones de euros en la economía española.
Nuestros festivales son un importante activo en nuestra sociedad, tanto a nivel so porque crecen en número de asistentes, de días y de repercusión mediática año tras año. La mayoría de festivales en España se celebran entre junio y agosto aprovechando el buen tiempo y las oportunidades de turismo y restauración. Los organizadores disponen de escaso tiempo para incentivar a los asistentes -y los potenciales asistentes- a comprar el abono del siguiente año sin haber anunciado las novedades. El sonido debe ser perfecto, las instalaciones deben estar limpias, las colas para adquirir consumiciones deben ser mínimas y las bandas tienen que conectar inmediatamente con el público. En pocos ámbitos económicos la empresa logra convencer al cliente para comprar un producto sin apenas dar detalles del mismo: muchos festivaleros, al poco tiempo de acabar el festival, ya han comprado el abono de la siguiente edición. Por suerte, la prensa especializada nacional y europea viene elogiando a nuestros festivales desde hace tiempo, lo cual fortalece la imagen promocional de una industria que, es bueno recordar, era minoritaria hace un par de décadas.
La reacción de los festivales ante la crisis sanitaria ha ido evolucionando atendiendo a las directrices generales de las autoridades sanitarias. Tras el anuncio del estado de alarma, la Asociación de Festivales de Música (AFM) emitió un comunicado expresando su voluntad de celebrar los principales festivales en las fechas previstas. Este comunicado pretendía lanzar un mensaje de serenidad a los millones de festivaleros que ya habían organizado su viaje y comprado sus abonos. En tanto que un buen porcentaje de los asistentes es público extranjero, y que los primeros grandes festivales en Europa estaban tomando la decisión de cancelar, como lo hicieran el Green Man Festival o Glastonbury a mediados de marzo, pronto se intensificaron las preguntas en redes sociales sobre el reembolso de abonos e indemnizaciones.
¿Qué supone para la industria musical la paralización de la música en vivo en 2020? Joaquín Martínez, presidente de la Federación de la Música de España (ES_Música), en declaraciones a la prensa, era contundente en su respuesta: «Se estiman unas pérdidas de 662 millones de euros de la música en vivo de marzo a septiembre y de más de 115 millones de la música grabada en el año 2020. Pero si hablamos del impacto en la economía española, las cifras son mucho mayores y alcanzan los 7.660 millones de euros en este año. Así, en un comunicado hecho público el 12 de marzo, ES_Música ya advertía que la crisis del COVID-19 era un reto de tal magnitud que ponía en riesgo la supervivencia de la música en vivo en nuestro país con una previsión de pérdidas de 764 millones de euros si se incluyen las pérdidas derivadas de la cancelación de festejos populares.