Informe OBS: El cambio del turismo global después de la pandemia
El cambio del turismo global después de la pandemia
- En el informe “Turismo global en la Era del COVID-19. Nuevos rumbos” elaborado por la colaboradora de OBS Business School Agnese Gambari, se analizan los cambios que ha sufrido el sector turístico como consecuencia del COVID-19
- Los turistas británicos representaron el 23,7% de visitantes a España en el periodo vacacional de 2019
- Los perfiles de viajeros, así como las tipologías de posibles destinos y fórmulas turísticas se han visto afectados por la pandemia del COVID-19
- En 2019, el turismo en España supuso un 12,5% de la riqueza del PIB y generó 2,6 millones de empleos
Jueves 09 de julio de 2020 – OBS Business School ha publicado el informe Turismo global en la Era del COVID-19. Nuevos rumbos, realizado por Agnese Gambari, del que se extrae que la industria turística se confirma como un sector económico potente, como demuestran los 1.500 millones de llegadas de turistas internacionales en el mundo a lo largo de 2019 (OMT, 2020). Peo desde la llegada del COVID-19 a principios de marzo de este año diversos sectores de los que cuelga la economía española han quedado en standby y a día de hoy aun es difícil prever cuál será el escenario en el que nos encontraremos en un mes. Si bien es cierto, en los últimos días la búsqueda de hoteles aumentó 142% en solo 5 horas, siendo las zonas más buscadas del territorio: Mojácar, Gandía, Benidorm, Santa Susanna, Calella y Puerto de la Cruz.
A las puertas del verano 2020 todos los países están intentando encontrar la manera de salvar la temporada y minimizar lo más posible los daños económicos en el sector derivados de la pandemia. Varias son las propuestas y soluciones adoptadas: como por ejemplo los bonos turísticos de 500 euros concedidos por el Gobierno de Italia para gastar dentro del propio país transalpino (incluso la región de Sicilia bonifica una parte del alojamiento y del billete de avión); las medidas de protección alemanas; pasando por un tipo de medidas combinadas, como en el caso de Francia.
En general, para los desplazamientos, hasta el año pasado el avión suponía el medio de transporte colectivo más demandado por los españoles, con una oferta de precios y de horarios cada vez más amplia durante los últimos ejercicios (Mapfre, 2020). Ahora, en la era post COVID-19, es razonable pensar que el transporte colectivo deje de ser el favorito hasta una normalización de la situación: la preferencia parece que será hacia la proximidad y los viajes por carretera en vehículo propio, fórmulas que permiten garantizar el distanciamiento social. Tanto automóviles como motocicletas representaban ya en nuestra vida pre COVID-19, el medio más utilizado después del avión, con un 49 % de viajeros que optaba por utilizar el coche como medio de desplazamientos según Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Todo apunta a que otro medio de transporte que será profusamente utilizado en nuestros viajes post COVID-19 será la auto caravana. En España, la curiosidad sobre los precios e informaciones relativos al alquiler de este medio de transporte aumentaron hasta en un 40 % durante la fase final del confinamiento. Efectivamente, las ventajas son varias: en primer lugar, nos permite tener más medidas de seguridad e higiene, en tanto en cuanto podremos tener una mayor independencia y control directo sobre las medidas de prevención al no tener que compartir lugares comunes. A lo anterior se suma una gran autonomía y libertad de movimientos, horarios y rutas. Para conducir una auto caravana de hasta 3.500 kilos de peso basta con el permiso de conducir B, y los precios de alquiler diarios se sitúan entre los 100 y los 200 euros, dependiendo el modelo, a los que hay que añadir la fianza, alrededor de 600 euros (Bigas, 2020).
Por lo que respecta a los alojamientos, también los hoteles deberán cambiar sus formas de trabajar: casi desde el principio deberá suprimirse el concepto del «todo incluido», como una de las medidas esenciales valoradas para evitar posibles aglomeraciones de los clientes. La tendencia en el futuro podría apostar por el alquiler de aparthoteles, lo que permitiría mantener una mayor distancia entre turistas. En este sentido, plataformas como Airbnb podrían aumentar su fuerza y presentar un modelo de negocio que, en algunos casos, llegaría a no tener ningún tipo de contactos con el dueño: cada vez más los propietarios hacen el check in y check out de forma no presencial, utilizando mayormente cajas con un código de seguridad para que los huéspedes puedan recoger la llave del piso que alquilan.