Un innovador camina sobre una delgada línea que separa el cielo del infierno
El impacto que la Fintech ha supuesto para la innovación en el mundo de las finanzas en los últimos años es una de las disrupciones más importantes en el sector en lo que llevamos de siglo. La palabra Fintech es la contracción de “Finance” y “Technology”, por lo que las empresas fintech son las que se dedican al desarrollo y/o utilización de tecnologías para los servicios financieros.
Las empresas fintech son vistas de forma ambivalente por parte del sector bancario tradicional ya que por un lado se las ve como competidores con una visión del negocio diferente de la tradicional y, especialmente, como un competidor que no sigue las mismas reglas del juego. Sin embargo, por otro lado hay quién las ve como una oportunidad para transformar y adaptar una parte del negocio bancario a una realidad ubicada en el mundo digital.
Ya nadie pone en discusión que el uso masivo de dispositivos de telefonía presuntamente “inteligentes” como los smartphones o las tabletas no supongan un cambio en la forma como los clientes se relacionan con sus bancos, o como gestionan sus cuentas corrientes y sus ahorros. Por ello, esta ampliación en los canales de distribución de los servicios y de entorno de relación con los clientes provoca preocupación en aquellos que lo ven como un cambio de paradigma en los fundamentos de las operativas del sector, es decir, con las tecnologías que se están desarrollando nada será como antes pero muchos de los servicios serán los de siempre.
Sin embargo, sí que podríamos decir que existen diferencias entre países en lo que se refiere hacia qué tipo de clientela se dirigen las empresas fintech, especialmente las de nueva creación (startups). En aquellos países con un menor grado de desarrollo en los que una parte de la población, y también en parte de sus empresas, no tienen acceso a servicios financieros o solo a una segmento de estos la irrupción de las fintech está provocando que estos “olvidados” se conviertan en nuevos clientes de estas fintech en detrimento de las instituciones financieras tradicionales. Esto que en principio se podría ver como un nicho de clientes que no interesaba, representa para las fintech un campo de pruebas para desarrollar y testear nuevos servicios o servicios clásicos operados de forma diferente que pueden posteriormente ampliarse a todos los segmentos de clientes del sector tradicional. Se podría producir una situación similar a la de las empresas del sector de la fotografía de carretes fotográficos que cuando empezó la fotografía digital despreciaron a esa tecnología y a las empresas que la desarrollaban de forma incipiente porque se dirigía a un nicho pequeño de clientes. Un nicho que les sirvió para mejorar sustancialmente hasta conseguir una tecnología que finalmente acabó con muchas de las empresas de ese sector tradicional y transformando al resto.
Considero que en el universo de la innovación las fintech nos ofrecerán casos de estudio interesantes con empresas que incorporen las metodologías para la innovación existentes para ajustarlas a sus necesidades, o bien que desarrollen nuevas tecnologías, o que transformen tecnologías existen para adaptarlas a las nuevas soluciones que quieran ofrecer a sus potenciales clientes.
Para aquellos que quieran introducirse como profesionales o como emprendedores en el sector fintech es adecuado que conozcan cuáles son las tecnologías en las que se trabaja hoy en día y en que ámbitos de los negocios y servicios financieros se aplican o se pretende aplicar. Lo interesante es que las diferentes tecnologías pueden coincidir para el desarrollo de determinados servicios o soluciones con lo que se requerirá que en los equipos de desarrollo coexistan profesionales expertos en cada una de esas tecnologías.
Entre las diferentes tecnologías sobre las que se está trabajando tenemos: las analíticas de información, las aplicaciones para móvil, el Big data, el blockchain, el cloud computing, la inteligencia artificial, las interfaces de programación de aplicaciones (APIs) o el machine learning; y también las que permiten desarrollos en economía colaborativa y las plataformas abiertas.
Como ejemplo de ámbitos en los que se están realizando desarrollos utilizando las tecnologías del blockchain (cadenas de bloques). En especial los desarrollos relacionados con las criptomonedas se usan en los ámbitos de las soluciones de pago, y de las plataformas de financiación alternativa. Aunque también hay desarrollos con cadenas de bloques en el ámbito de la seguridad de las transacciones en la negociación de valores y de activos financieros (trading); o en el de los contratos inteligentes que incluyen tanto la contratación de servicios en los bancos digitales como en el ámbito de los seguros.
Y la tecnología del blockchain no es la única que se utiliza, sino que también intervienen otras como son las analíticas de información, el big data y la inteligencia artificial para complementar a los sistemas de trading, o en la valoración de los presupuestos asociados a los contratos de seguros.
A todo esto habrá que añadir aquellas innovaciones que se desarrollen sobre tecnologías incipientes que ahora se están generando y que dada la aceleración con que muchas de ellas llegan al mercado aún no se puede evaluar su impacto. Ahora bien, esta aceleración plantea numerosas incertidumbres en aquellos que deben decidir si las incorporan o no, si hacen desarrollos en esta o en la otra; porque una decisión errónea puede provocar que la empresa quede descolgada tecnológicamente o lo que es peor que la inversión realizada hipoteque el futuro de la empresa.
Y aquí esta una de las paradojas de la innovación como es que el hecho de decidir ser un innovador, te hace caminar sobre una delgada línea que separa el cielo del infierno.