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Transformación digital en las empresas, las herramientas del cambio

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Entre las principales preocupaciones actuales de quienes dirigen negocios y están al frente de todo tipo de entidades se encuentra el poder llevar a cabo la transformación digital de las empresas. O lo que es lo mismo, el proceso por el cual actualizamos nuestro negocio con la intención de que se beneficie de las últimas innovaciones y pueda hacer frente a los desafíos actuales. ¿Pero qué es lo que necesitan tener en cuenta estos profesionales para que el proceso vaya como la seda y se obtengan unos buenos resultados? ¿qué hacer para que la transformación digital se cumpla con éxito?

 

Adoptar una estrategia

 

Tirarse a la piscina sin una estrategia que ayude a dirigir el cambio hará que la transformación resulte desastrosa, que se realice a medias, que haya multitud de detalles sin resolución y que ni de lejos los resultados sean los que se esperan. Por ello lo primero que tenemos que hacer antes de comenzar el viaje hacia la transformación digital es plantear una estrategia que seguirá tanto la empresa a nivel global como nosotros mismos y cada uno de los miembros del equipo. Es fundamental, así mismo, que la estrategia esté en consonancia con esa línea de cambio y que no se trate ni mucho menos de un punto de vista anclado en el pasado.

 

La estrategia que deberíamos adoptar tendrá que contar con fuerza suficiente como para ser motivadora, transgresora en cuanto a la evolución de la empresa y conciliadora de modo que ponga a todo el equipo en común. En el proceso de definición de la estrategia tendremos que definir unos papeles, unas responsabilidades y asegurarnos de que los resultados están en consonancia con nuestras metas, así como con lo que tenemos que proporcionar a nuestros clientes. No podemos dejar ningún elemento de nuestra estrategia desatendido porque al final le podría acabar pasando factura a nuestra transformación.

 

 

Tener una visión

 

Junto a la estrategia es imprescindible que nos marquemos una visión, una filosofía de trabajo que adoptaremos con los nuevos procesos y con la nueva identidad de empresa en la que nos transformemos. Al introducir las nuevas tecnologías debemos hacerlo integrándolas en nuestro concepto natural, en aquello que queremos ser y transmitir, pero estando abiertos a llevar a cabo una adaptación cultural. Esto es lo que nos va a acompañar al ver cómo la transformación digital potencia el índice de productividad de nuestro negocio, la rentabilidad que obtenemos con el mismo y el nivel de eficacia al que llegamos. Teniendo una visión concreta, específica y que sobre todo sea justa con nuestros objetivos y metas, nos ayudará a que no desaprovechemos ni una pizca del potencial que tenemos.

 

Estar listos para cambiar

 

Esto en ocasiones se termina convirtiendo en lo más problemático, dado que nuestra mentalidad puede estar demasiado anclada en el pasado y en las viejas ideas. Por ello nos tenemos que abrir al cambio, a las novedades, a innovar en la empresa de forma que adoptemos nuevas políticas que modifiquen la experiencia que proporcionamos tanto en el interior del negocio como en el exterior. Cambiando nuestra filosofía y mentalidad lo que haremos será poder fomentar y llevar más lejos los planes que nos ayudarán a crecer.

 

El proceso es más o menos complicado dependiendo de lo abierta que esté nuestra compañía al cambio. Los negocios más clásicos lo tienen más complicado, pero aquellos que tengan una cultura más abierta y flexible sabrán dar el salto con una mayor fluidez. Lo que tenemos que tener claro es que con la mentalidad de cambio estaremos impulsando el proceso de optimización de nuestra empresa con más facilidad. Alcanzaremos nuestros objetivos de transformación más rápidamente, empezando a transformar el negocio y a cambiar totalmente la gestión del mismo hacia su nueva naturaleza avanzada