Ser o no ser "Project Manager"
En la actualidad escuchamos, cada vez más, que el “Project Management” es una rama estratégica en la Dirección General. Se está convirtiendo en parte esencial de las tareas de Gobierno y Dirección de cualquier negocio u organización, si realmente queremos adaptarnos mejor a las necesidades particulares de cada cliente. Contrato a contrato, cliente a cliente, cada caso es distinto. Cada proyecto pues es único… ¿Cómo adaptarnos a ello? ¡Si tradicionalmente éramos nosotros que impulsábamos un producto o servicio! La tendencia actual es clara y opuesta: es el cliente el que quiere algo personalizado, algo único, no sirve con “copiar y pegar” una solución anterior… Debemos orientar nuestra organización, nuestra manera de generar producto y servicio, a proyectos. Y en este contexto, la figura del “Project Manager” es esencial. Es el capitán del barco, el que dirigirá todos los recursos de la organización a llegar al puerto de destino. Me gustaría pues empezar nuestro primer post sobre “Project Management” precisamente reflexionando sobre ello…¿Qué nos hace pensar que nuestra carrera profesional debe pasar por ser un “Project Manager”? O llamémosle “Director de Proyectos”, “Jefe de Proyecto” o similar… Las preguntas básicas son… ¿Por qué? ¿Realmente debemos orientar nuestras aptitudes y formación a esa profesión? ¿Qué nos puede aportar? En primer lugar debemos definir bien qué entendemos por “proyecto”. Según el texto, A Guide to the Project Management Body of Knowledge, (PMBOK® Guide), del Project Management Institute (PMI), “Un proyecto es un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único. La naturaleza temporal de los proyectos implica que un proyecto tiene un principio y un final definidos”. Y en este contexto, la Dirección de Proyectos es algo definido tan sencillamente como “la aplicación de conocimientos, habilidades, herramientas y técnicas a las actividades del proyecto para cumplir con los requisitos del mismo”. En muchos casos (se quiera o no) muchos profesionales se están encontrando con un “empujón” de su carrera en ese sentido. “Vamos a asignarte mayores responsabilidades, a partir de ahora eres el Responsable del Proyecto X…”. Y de un día para otro tu profesión ha cambiado, seas o no consciente de ello. Ya no estás a cargo de unas tareas, sino que estás al mando de ese barco y, como establece la definición de Dirección de Proyectos, debes aplicar todo tu “buen hacer” en llegar con éxito al destino. Debes saber reaccionar ante cambios del entorno, tomando las decisiones más correctas para alcanzar los objetivos marcados, teniendo en cuenta las limitaciones de los recursos en cada proyecto. El rol de un Project Manager implica responsabilidad sobre planificación, ejecución, control y cierre exitoso de un proyecto. Todo ello es pues un eje central en los resultados de una empresa. Pocas compañías pueden cumplir expectativas de venta y beneficios, eficiencia y productividad, sin Project Managers bien formados. Un buen Project Manager debe poseer habilidades, conocimiento, técnicas y estrategias para aportar valor a su organización, en una tarea tan crítica como la que se le asigna. Y no olvidemos que hay un equipo humano realizando el trabajo… Así pues, estamos hablando de gestionar a personas, y aptitudes tan importantes como ser buen comunicador, motivar al equipo y liderarlo. Un Project Manager líder redunda en mayor moral, un sentido mayor de pertenencia y profesionalismo del equipo de trabajo, e incrementos de productividad. Viendo que es una figura clave, y con cada vez mayor protagonismo, podemos responder a las preguntas que establecimos al principio: ¿Por qué ser Project Manager? ¿Qué nos aporta? A continuación os escribo unos cuantos motivos… ¡Podríamos escribir muchos más! Creo sinceramente que todos ellos son oportunidades de desarrollo de nuestra carrera profesional:
- Permite gestionar equipos de personas, trabajar en diferentes entornos y encontrar nuevos retos, y en ocasiones trabajar en distintos ambientes culturales.
- Permite estar expuesto a diferentes sistemas, tecnologías, arquitecturas, aprendiendo en primera persona de los entregables y resultados del equipo de trabajo, y en ocasiones del propio cliente o proveedores.
- Obliga a orientarse a trabajar por objetivos, mejorar en las habilidades de organización personal, y enfocarse a los resultados y entregables.
- Se trabaja con múltiples departamentos o áreas, y por lo tanto se es capaz de ganar conocimiento sobre gestión desde distintos puntos de vista, distintos ángulos.
- El ciclo de gestión de un proyecto es tan finito que crea oportunidades de ganar habilidades en poco tiempo. Un Project Manager se mueve de un escenario a otro, conociendo varios componentes de gestión. Hay pues muchas oportunidades de mejora en cada aspecto: presupuestación, definición del alcance, gestión de riesgos, etc.
- Hay oportunidad de especialización en un área en particular, como gestión de riesgos, o gestión de plazos y cronogramas.
En resumen, podríamos decir que el ser Project Manager proporciona habilidades demandadas por las organizaciones, oportunidades de trabajo a nivel global, y un entorno de desarrollo profesional muy intenso y amplio. ¿Citarías algún motivo más? ¡Espero vuestros comentarios! Escrito por: Marc Bara
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