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¿Qué es ISO? Y los detalles fundamentales que se deben conocer

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Seguro que en algún momento u otro has visto las siglas ISO en un producto sea del tipo que sea. Otra cosa es si realmente las has sabido reconocer, dado que muchas personas se preguntan que es ISO y qué significa dentro de su contexto natural. En realidad son las siglas que representan a la Organización Internacional para la Estandarización (originalmente en inglés: International Organization for Standardization, conocida por las siglas ISO). Se trata de un organismo que se encarga de establecer las normas necesarias para que la fabricación y la comercialización de la gran mayoría de productos del mundo se lleven a cabo bajo unos mismos parámetros. Todos los comercios e industrias internacionales se rigen según esta normativa, exceptuando dos sectores en concreto: el de la electrónica y el de la electricidad.

Aunque estas normas cada vez están adquiriendo mayor popularidad, no son obligatorias al 100%, puesto que esta organización no tiene este tipo de competencia. Por lo tanto, todos los productos que veamos que tienen las siglas ISO habrán sido creados respetando esta normativa, pero con un carácter totalmente voluntario.

¿Cómo surge ISO?

La idea de crear unas normas comunes en todo el mundo para la fabricación de productos aparece tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. En concreto en el año 1947 fue cuando se pudo oír hablar por primera vez de este organismo del que forman parte 91 estados miembros. El principal objetivo que se pretendía conseguir con esta organización era crear una regulación estándar de carácter internacional para que todos los productos fabricados en las diferentes industrias del mundo pudieran elaborarse teniendo como base una normativa general establecida. Estas normas no solo se centran en el proceso de producción de los artículos que debe ser de calidad, sino también en el respeto por el medio ambiente.

Actualmente esta organización tiene su sede central ubicada en Ginebra y entre algunas normas que nos podemos encontrar impuestas por ella está la regulación de los sistemas de calidad, gestionar de una forma adecuada la parte medioambiental o incluso determinar las medidas que presenta el papel.

Los tipos de normas existentes

Dentro de la regulación llevada a cabo por ISO podemos destacar principalmente cuatro tipos de normas esenciales por las que de manera voluntaria las industrias internacionales se rigen a la hora de realizar el proceso de fabricación de sus productos, así como su posterior comercialización. En primer lugar, podemos hablar de las normas de gestión de calidad, que se enmarcan dentro de la serie ISO 9000. Estas reglas son la base de la normativa creada por la Organización Internacional para la Estandarización, puesto que se encargan de regular los estándares de calidad de los productos para que todos ellos cuenten con los mismos parámetros dentro del proceso productivo de los mismos.

Por otro lado, nos encontramos con la normativa de gestión de riesgo y seguridad, donde aparecen un gran número de normas como por ejemplo la ISO 22000, ISO 27001 o ISO 22301, entre otras. Esta regulación se centra en evitar los posibles riesgos a los que pueden verse expuestos las industrias en cuanto al proceso de fabricación de los productos, aunque también trata de minimizarlos en la medida de lo posible.

Dentro de la regulación creada por esta organización podemos destacar la normativa sobre la gestión del medio ambiente, que cada vez está tomando un mayor peso. En concreto, estas normas se encuentran en la serie ISO 14000 y se trata de una gran variedad de parámetros que intentan que se respete al máximo el entorno en el que se desarrolla el proceso de producción de todos estos artículos. Por último está la norma de gestión de responsabilidad social (ISO 26000), teniendo en cuenta que esta tiene como objetivo que las industrias desarrollen su actividad dentro de un marco ético y de total transparencia.

Las ventajas de esta normativa

A pesar de que esta regulación es totalmente voluntaria, cada vez es más habitual encontrarnos las siglas ISO en la gran mayoría de productos elaborados en las diferentes industrias internacionales. Y es que contar con el sello de esta organización aporta un gran número de ventajas. A través de esta normativa las empresas pueden conseguir una mayor calidad dentro del proceso de fabricación de sus productos, teniendo en cuenta que todo ello conlleva a que puedan satisfacer en mayor medida las necesidades de sus clientes.

Estas normas también ayudan a que las industrias lleguen a ser más rentables con una mayor productividad y por supuesto consiguiendo reducir los costes de fabricación. En definitiva, la normativa creada por ISO hace que las industrias puedan encontrarse en una situación de mejora continua en relación al proceso productivo de sus artículos.