Pruebas de integración, la hora de la verdad para el software
Como ya sabéis, desarrollar software se trata de un proceso largo y exhaustivo que requiere la máxima implicación por parte de las personas que se encuentran involucradas en el trabajo. El testing es una de las etapas más cruciales en cuanto al desarrollo y se encuentra dividido por una serie de pruebas de gran relevancia. Entre ellas las pruebas de integración son de las que hablaremos en este caso, dedicando nuestra atención también a conceptos como otros tipos de prueba y los distintos tipos de integración.
Una importancia clave
Las pruebas integrales se tienen que aplicar justo después de haber llevado a cabo cada prueba unitaria con la intención de probar los métodos aplicados en el desarrollo. Si no existen ningún problema de código y las pruebas unitarias han terminado de forma exitosa se podrá pasar al test integral para asegurarse de que en este punto no se produce ningún tipo de problema en la combinación de elementos unitarios. El motivo principal se encuentra en que el test integral lleva a cabo la revisión conjunta de los diferentes elementos que están presentes con el objetivo de formar el software. Se realiza la comprobación para ver que todo funciona de una manera adecuada en conjunto, dado que no es extraño que se produzcan alteraciones en el rendimiento.
Con esta comprobación representada por la prueba de integración podremos ver si la comunicación entre los distintos componentes presentes en el software es funcional. Se comprueban también las comunicaciones de forma invariable tanto si están representadas con software o con hardware. En el caso de ser necesario ir más allá por la existencia de subsistemas los profesionales que estén al cargo de este software también tendrán que hacer la prueba específica de subsistemas, que viene a ser una variación de la de integración pero profundizando en los elementos que están incluidos dentro de cada sistema.
Durante este proceso en el cual se verifican los distintos tipos de integración, los especialistas tendrán que ensamblar los módulos independientes, dar forma al software al completo y verificar el proceso a conciencia. Una de las ventajas de este protocolo se encuentra en la oportunidad de llevar a cabo pruebas de una manera paralela, lo que aporta flexibilidad extra en el proceso de calendarización. Para ello se optará por la elección de frameworks en los que las pruebas se puedan combinar con el desarrollo y con la supervisión simplificada de los procesos, especialmente en aquellos casos en los que las pruebas puedan ser un poco más complejas. El resultado garantizará que el proyecto de software pueda avanzar hacia su siguiente fase antes de darse por finalizado.
Otras pruebas importantes
Mencionada la prueba unitaria y las pruebas de integración, el proceso de testing pasa por otras fases que resultan relevantes y se deben tener en cuenta para mejores resultados. La prueba funcional es otro de los procesos que se tendrán que gestionar para alcanzar la mayor estabilidad y confianza en que el rendimiento sea el adecuado. Lo que hacemos en este caso, una vez vemos que las conexiones están en forma a través del test integral, es ver que el software que hemos diseñado y gestionado está actuando de manera conveniente teniendo en cuenta el objetivo para el cual fue creado.
Cada fase del testing tiene unas exigencias y unos puntos clave en los que nos debemos fijar. Eso es algo que siempre tenemos que tener en cuenta para que el testing resulte satisfactorio y no terminemos sufriendo demasiadas complicaciones. Por lo tanto, en la fase de la prueba funcional en lo único que nos tendremos que fijar es en que se produzca el tipo de soporte que tenemos en mente cuando hablamos del software en cuestión. Analizaremos las salidas y las entradas que se produzcan al software, así como los resultados. No importa en este caso si en el diseño del software se ha encontrado algún tipo de defecto o posible mejora, dado que la cuestión en esta prueba consiste en comprobar el funcionamiento. Por lo tanto, hemos pasado a un proceso que después de comprobar que todo está en su sitio nos indica si realmente tiene un buen rendimiento, algo clave para poder colocarse en el perfil del cliente y comprobar que vaya a obtener el nivel de satisfacción requerido.