ODS 15 - ecosistemas terrestres

ODS 15: Vida de ecosistemas terrestres

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Los ecosistemas terrestres son aquellos que se desarrollan sobre el suelo o en el subsuelo e incluyen hábitats como los bosques, las praderas, los desiertos y las montañas.

Estos ecosistemas albergan una gran diversidad de flora y fauna, y ofrecen servicios ambientales para nuestra supervivencia: Son fuente de alimentos, proporcionan aire y agua limpios y constituyen el hábitat de millones de especies animales y vegetales, que están siendo gravemente amenazados por las consecuencias de las actividades humanas y el cambio climático.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte de que de los 8 millones de especies que existen actualmente en el planeta, un millón están en riesgo (lo que se denomina la sexta extinción masiva), constituyendo uno de los grandes riesgos del Siglo XXI para la economía global y la vida en general. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 15 tiene como objetivo proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres.

¿De qué trata el ODS 15 sobre la vida de ecosistemas terrestres? 

El Objetivo 15 busca la protección y el restablecimiento de los ecosistemas terrestres, que son vitales para el sostenimiento de la vida humana, ya que contribuyen a más de la mitad del PIB mundial e incluyen diversos valores culturales, espirituales y económicos. 

Esto implica:

  • Promover prácticas que aseguren que utilizamos los ecosistemas de manera sostenible.
  • Gestionar los bosques de forma responsable para preservar su biodiversidad y funciones.
  • Detener la expansión de áreas desérticas y degradadas.
  • Implementar estrategias para restaurar tierras afectadas por la desertificación.
  • Detener la degradación de las tierras. Evitar la pérdida de calidad del suelo debido a la deforestación, la agricultura intensiva y la mala gestión de residuos.
  • Invertir la tendencia de degradación y recuperar la productividad de las áreas terrestres, promoviendo la agricultura regenerativa y la reforestación.
  • Conservación de la Biodiversidad: Proteger las especies animales y vegetales amenazadas.
  • Combatir la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas. 

Para cumplir el Objetivo 15, es esencial un cambio fundamental en la relación de la humanidad con la naturaleza, y tomar conciencia de que la naturaleza es la base de nuestra vida en la Tierra, tal y como lo expresa el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica

La importancia de conservar la diversidad biológica en nuestro planeta.

Los bosques cubren casi el 31 % de la superficie de nuestro planeta y albergan más del 80 % de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. No obstante, su deterioro se está produciendo a un ritmo más rápido ahora que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. Podemos cuantificar la degradación mundial en una quinta parte de la superficie terrestre del planeta, lo que equivale a un área casi del tamaño de la India y Rusia juntas. La degradación de los suelos empuja a las especies a la extinción e intensifica los efectos del cambio climático, puesto que los ecosistemas terrestres (bosques y tierras sanas) juegan un papel fundamental en la resiliencia a las perturbaciones medioambientales. 

La pérdida de los bosques implica la desaparición de los medios de subsistencia de las comunidades rurales, el aumento de las emisiones de carbono, el deterioro de la biodiversidad y la degradación del suelo. Aunque el ritmo de pérdida neta de bosques sigue siendo elevado, los datos muestran que la proporción de bosques en áreas protegidas y bajo planes de gestión a largo plazo está aumentando en la mayoría de las regiones del mundo. 

La crisis climática está ocasionando desde sequías más severas hasta tormentas más intensas y frecuentes. También empeora los retos asociados con la producción de alimentos que estresan a las especies y genera las condiciones que hacen que sus hábitats sean inhóspitos. El aumento de las sequías y las inundaciones ha hecho que sea más difícil mantener los cultivos y producir suficientes alimentos en algunas regiones. Las delicadas relaciones que existen entre el sistema alimentario, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están ejerciendo una enorme presión sobre nuestro planeta

A diferencia de los eventos anteriores de extinción causados por fenómenos naturales, nos encontramos ante la denominada sexta extinción masiva, que está impulsada por la actividad humana. Las especies no existen en forma aislada; están interconectadas. Una sola especie interactúa con muchas otras especies en formas muy específicas generando beneficios para las personas, como aire limpio, agua limpia y suelos saludables para una producción eficiente de los alimentos. La extinción de una sola especie dentro de un ecosistema, o la disminución del número de su población, afecta a otras especies, lo que a su vez afecta la forma en que funciona el ecosistema y los beneficios que brinda. 

Se estima que la tasa de extinción de especies es hoy en día entre 1,000 y 10,000 veces más alta que las tasas de extinción natural, por efectos de la actuación humana. Y aun siendo las extinciones una parte normal y esperada del proceso evolutivo, las tasas actuales de disminución de las poblaciones son tan altas que amenazan funciones ecológicas importantes que sustentan la vida humana en la Tierra, incluyendo patrones climáticos regionales predecibles, o tierras agrícolas y pesquerías productivas.

La biodiversidad sustenta la vida y la estamos perdiendo a un ritmo alarmante. Estas pérdidas, en el mejor de los casos, tardarán décadas en revertirse, lo que dará como resultado un planeta menos capaz de sustentar a las generaciones actuales y futuras.

Metas por cumplir dentro del ODS 15 a favor de los ecosistemas terrestres.

La Agenda 2030 establece las siguientes metas para la consecución del ODS 15, Vida en ecosistemas terrestres:

15.1 Velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y los servicios que proporcionan, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas.

15.2 Promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, poner fin a la deforestación, recuperar los bosques degradados e incrementar la forestación y la reforestación a nivel mundial.

15.3 Luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo

15.4 Velar por la conservación de los ecosistemas montañosos, incluida su diversidad biológica, a fin de mejorar su capacidad de proporcionar beneficios esenciales para el desarrollo sostenible

15.5 Adoptar medidas urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitats naturales, detener la pérdida de la diversidad biológica. Proteger las especies amenazadas y evitar su extinción

15.6 Promover la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y promover el acceso adecuado a esos recursos.

15.7 Adoptar medidas urgentes para poner fin a la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas de flora y fauna y abordar la demanda y la oferta ilegales de productos silvestres.

15.8 Prevenir la introducción de especies exóticas invasoras y reducir de forma significativa sus efectos en los ecosistemas terrestres y acuáticos. 

15.9 Integrar los valores de los ecosistemas y la diversidad biológica en la planificación nacional y local, los procesos de desarrollo, las estrategias de reducción de la pobreza y la contabilidad.

15.a Movilizar y aumentar de manera significativa los recursos financieros procedentes de todas las fuentes para conservar y utilizar de forma sostenible la diversidad biológica y los ecosistemas.

15.b Movilizar recursos para financiar la gestión forestal sostenible y proporcionar incentivos adecuados a los países en desarrollo para que promuevan dicha gestión, con foco en la conservación y la reforestación.

15.c Aumentar el apoyo mundial a la lucha contra la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas, aumentando la capacidad de las comunidades locales para promover oportunidades de subsistencia sostenibles.

¿Qué soluciones deben aplicarse para reducir la desertificación y la deforestación?

Para atender los problemas de la desertificación del suelo y la deforestación se requiere una gran coordinación nacional e internacional. Algunas medidas para proporcionar soluciones a estas situaciones son: 

Desertificación:

  1. Adoptar prácticas agroforestales: Se trata de utilizar árboles y otras plantas para mejorar la calidad del suelo y proporcionar beneficios a la tierra.
  2. Fomentar prácticas agrícolas sostenibles: Evitar la sobreexplotación de la tierra y promover métodos que conserven los recursos naturales.
  3. Buena administración del agua: Utilizar técnicas de riego eficientes y evitar la salinización del suelo.

Deforestación:

  1. Aumentar la superficie de bosques plantados: Compensar la pérdida de bosques naturales plantando más árboles de manera planificada.
  2. Ampliar las zonas protegidas: Crear reservas forestales y áreas donde la tala esté prohibida.
  3. Prevenir incendios forestales: Implementar medidas efectivas para evitar incendios y proteger los bosques.
  4. Combatir enfermedades y plagas: Controlar y prevenir la propagación de enfermedades y plagas que afectan a los árboles.

La clave para revertir la degradación de la tierra.

El sostenimiento de la vida humana depende de los ecosistemas terrestres. En la última década, se han degradado más de 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas, afectando a la vida de 1300 millones de personas. La expansión agrícola es el motor directo de casi el 90 % de la deforestación mundial, y esta cifra guarda relación directa con nuestros sistemas alimentarios. La cosecha de palma de aceite representa por sí sola el 7 % de la deforestación mundial. 

Algunas de las medidas para revertir esta degradación son las siguientes: 

  • Restauración de tierras: La restauración de tierras es una solución clave. Consiste en recuperar áreas degradadas mediante la plantación de árboles, la revegetación y la mejora del suelo. Al restaurar tierras, podemos eliminar carbono de la atmósfera, ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse al cambio climático y aumentar la producción agrícola.
  • Prácticas Agrícolas Sostenibles y Regenerativas: Adoptar técnicas de cultivo conservacionista para reducir la erosión del suelo y mejorar la salud de la tierra. Utilizar abono orgánico en lugar de químicos dañinos para mantener la fertilidad del suelo. Fomentar prácticas sostenibles en la agricultura, la silvicultura y la gestión de tierras.
  • Proteger los Humedales: Los humedales son áreas críticas que se han perdido en gran medida. Debemos detener su destrucción y, cuando sea posible, restaurarlos. La protección de los humedales ayuda a purificar el agua y proporciona hábitats para la biodiversidad.
  • Educación y Concienciación: Informar a las personas sobre la importancia de la tierra y cómo sus acciones afectan su salud.
  • Cooperación Internacional: La degradación de la tierra no conoce fronteras. Necesitamos colaborar a nivel global para abordar este problema. Los gobiernos, las organizaciones y las comunidades deben trabajar juntos para implementar soluciones efectivas.

Proteger y recuperar la tierra es esencial para nuestra supervivencia y la de las generaciones futuras. Cada pequeña acción cuenta, y todos podemos contribuir a preservar este recurso crucial.

Puedes continuar aprendiendo sobre los objetivos de desarrollo sostenible en las siguientes entradas de nuestro blog. Si te apasiona la sostenibilidad y el impacto social, o quieres dedicarte a ello profesionalmente, puedes formarte con nosotros. Te recomendamos visitar nuestro Máster en Sostenibilidad y Gestión Medioambiental.