ODS 11 | Ciudades y comunidades sostenibles
Se calcula que los núcleos urbanos alojan hoy en día a más de la mitad de la población mundial, y que en 2050 esta cifra alcanzará el 60%. Las ciudades generan un 60% del PIB, aunque la concentración de población implica también nuevos problemas a solucionar, como el suministro de recursos naturales y el tratamiento de residuos. Las ciudades ocupan tan solo un 2% de la superficie terrestre, pero consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este artículo abordaremos cómo promover las ciudades y comunidades sostenibles, prestando especial atención al papel de la bioenergía para contribuir a este objetivo.
Criterios a seguir para conseguir una ciudad sostenible
Debido a la concentración poblacional, los principales desafíos de desarrollo sostenible de las comunidades urbanas son los siguientes:
- Vivienda: Las estimaciones del Pacto Mundial, indican que en 2030 se necesitarán viviendas para más de 3 mil millones de personas. Ello implica una urbanización inclusiva y sostenible para la planificación y gestión participada en todos los asentamientos humanos, eliminando los barrios marginales.
- Servicios básicos adecuados, seguros y asequibles (inclusivos para personas vulnerables), incluido el transporte.
- Mejorar las infraestructuras y compensar los desastres producidos por catástrofes naturales. El cambio climático afecta en mayor medida a estas comunidades, normalmente pobres y con bajos ingresos
- Reducir el impacto ambiental negativo en las ciudades, causado por el tráfico, la industria, la generación de energía, la quema de residuos y el uso de combustibles domésticos.
- Proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles.
Los últimos datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), arrojan la cifra de 10.000 muertes anuales por contaminación medioambiental en España. Asimismo, sitúa la contaminación como la cuarta causa de mortalidad a nivel mundial con 7 millones de fallecimientos.
Reducir drásticamente estos datos, implica necesariamente fomentar el transporte público y una movilidad sostenible, además de favorecer la inversión energías limpias y no contaminantes, como la solar, la eólica, o el uso de la bioenergía o biomasa.
Beneficios y aplicaciones de la bioenergía
La bioenergía obtenida por biomasa tiene diversas y numerosas aplicaciones, no solo a nivel industrial, sino también doméstico. A continuación mostramos algunas de ellas:
- Producción eléctrica: Desde el autoconsumo, a la distribución, tanto a la red eléctrica como a zonas rurales o aisladas, pasando por el uso como combustible en centrales eléctricas.
- Producción térmica: Se utiliza tanto en climatización de viviendas como en la generación de calor con fines industriales, así como en su distribución por diferentes medios.
- Uso como biocombustible: Tanto la madera como sus derivados (astillas, pellets o briquetas), obtenidos en la explotación y mantenimiento de bosques, como los compuestos de origen animal (estiércol y deshechos del ganado), a los compuestos de origen cereal y vegetal (granos y desechos como las cáscaras de almendras, de plátano, cultivos de algas y pastos), sirven como combustible. El CO₂ liberado a la atmósfera durante la combustión es anteriormente captado por los vegetales durante su etapa de crecimiento, por lo que el balance final es neutral.
Por otro lado, el uso de la biomasa nos proporciona una serie de ventajas, como las siguientes:
- Es una energía renovable e inagotable, correctamente utilizada.
- Es una energía limpia pues emite dióxido de carbono de manera neutra y en bajos volúmenes, en comparación con los combustibles fósiles.
- Genera empleos y aumenta los niveles productivos de las zonas y los sectores rurales
- Permite la reducción de los desechos, así como su empleo para la generación de energía
- Posibilita el ahorro, al evitar los gastos asociados del tratamiento de residuos para su eliminación y al reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
- Implica una gestión forestal sostenible que reduce el riesgo y la virulencia de los incendios forestales.
Por tanto, además de su claro efecto en el medioambiente, como recurso energético alternativo en los procesos de descarbonización, contribuye al reto demográfico, aportando oportunidades de desarrollo sostenible en medios rurales.
El papel de la bioenergía en la sostenibilidad urbana en España
Llamamos bioenergía a aquella que es generada mediante la transformación de biomasa, es decir, material orgánico que puede aprovecharse para generar calor, electricidad y combustibles. Este material orgánico procede, principalmente, de productos, desechos y residuos de origen biológico procedentes de actividades agrarias (incluidas las sustancias de origen vegetal y de origen animal), de la silvicultura y de las industrias conexas. También puede proceder de residuos industriales y municipales.
El uso de la bioenergía en España ha crecido más de un 30% desde 2018, y su aplicación principal es la generación de electricidad, gas y carburantes líquidos o gaseosos utilizados para el transporte. El Instituto de la Ingeniería de España señala que "la biomasa es la fuente de energía autóctona más importante en Europa desde 2016, por delante de los combustibles fósiles". El crecimiento anual de la biomasa forestal es España es de 46 millones de metros cúbicos, de los que solo se aprovechan un 40%, por debajo de la media europea (61%)". Así mismo, se expresa el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), "la biomasa y los residuos supusieron, en 2020, el 19,1% del total (4.541 GWh), muy por debajo de los objetivos".
Oportunidades de crecimiento e innovación dentro de las ciudades y comunidades sostenibles españolas
Desde el Instituto de Ingeniería de España, señalan que contamos con una amplia superficie forestal en gran parte del territorio, siendo prioritario el aprovechamiento de los recursos maderables para biomasa como fuente energética. Ello puede contribuir a fomentar el desarrollo de una economía rural con claras ventajas complementarias en los procesos de descarbonización, del cumplimiento de objetivos de economía circular y, sobre todo, en la defensa contra los incendios forestales y el fortalecimiento de los bosques.
Para ello es imprescindible desarrollar una gestión forestal de los montes que permita movilizar más biomasa de la manera más eficiente, y alcanzar los objetivos 2030-2050 de la UE, la independencia energética, la reducción del riesgo de grandes incendios y la generación de empleo de calidad y un tejido empresarial en zonas rurales.
Los expertos recomiendan centrar los esfuerzos para incrementar la biomasa en 12 millones de m3 de forma anual, de manera sostenible, repercutiendo en la creación de 12.000 puestos de empleo y la sustitución equivalente de 25 millones de barriles de petróleo y 9 millones de CO2 no emitidas.
Por último, existen dos factores a los que prestar atención para que todo esto sea posible. Por un lado, el Instituto señala la falta de operarios cualificados para el aprovechamiento forestal mecanizado. Por otro lado, el reconocimiento de energías renovables tradicionales como el gas o la nuclear, ha paralizado las directivas de desarrollo de los planes de desarrollo del sector bioenergético, que tantas oportunidades ofrece.
Como conclusión, nos atrevemos a afirmar que toda cualquier inversión público-privada en la industria de la biomasa proporcionará beneficios positivos a los retos demográficos y ambientales que plantea el ODS 11 del Pacto Mundial, por cuanto contribuirá a la reducción de la contaminación en las ciudades y proporcionará oportunidades de desarrollo en los medios rurales, contribuyendo al equilibrio poblacional de los territorios.
Puedes continuar aprendiendo sobre los objetivos de desarrollo sostenible en las siguientes entradas de nuestro blog. Si te apasiona la sostenibilidad y el impacto social, o quieres dedicarte a ello profesionalmente, puedes formarte con nosotros eligiendo el Máster en RSC y Liderazgo Sostenible.