Los modelos de liderazgo según Goleman
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Independientemente de los tipos de liderazgo empresarial (autocrático, transformacional, participativo, burocrático, carismático y natural), existen algunos estilos de conducta que, según Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie McKee, tienen diferentes efectos sobre las emociones de los demás. Estos modelos de liderazgo se explican en su libro, "Primal Leadership", donde dejan claro que cualquier líder puede utilizar cualquier estilo, siendo generalmente el enfoque más eficaz el que hace una buena combinación que consigue adaptarse a la situación particular.
Los 6 modelos de liderazgo que puedes necesitar adoptar
- Líder visionario: a través del primero de los modelos de liderazgo expuesto por Goleman, Boyatzis y McKee se puede mover a las personas hacia una visión compartida. La clave de esta forma de transmitir consiste en compartir con ellas el objetivo sin explicar la forma de llegar hasta él. De esta forma aumenta la motivación de cada individuo, que desea averiguar su propia manera de avanzar. Esta opción quizás nos sea la más recomendable cuando se trata de motivar a expertos o especialistas en un área determinada, aunque garantiza muy buenos resultados cuando se necesita una nueva dirección.
- El entrenador personal: este modelo de líder ayuda a las personas a asumir la responsabilidad en un área determinada, un asunto concreto o un periodo de tiempo limitado para que, con su aportación, impulsen a la organización al éxito. No se trata de una simple delegación de tareas o responsabilidades, ya que lo que diferencia a éste de otros modelos de liderazgo es que el líder escucha uno a uno a todos los empleados, estableciendo una relación personal y de confianza con ellos que, en ocasiones, puede traspasar el ámbito laboral. La contribución de un mentor de este tipo en la empresa es importante para el crecimiento individual de las personas, puesto que sienta las pautas para la mejora continua de sus niveles de rendimiento, ayudándoles a ser más autónomos y a trabajar por sí mismos. Llevado al extremo, podría desembocar en su vertiente más negativa, la microgestión; pero si esta manera de liderar se sabe aplicar de la manera adecuada es determinante para los individuos a la hora de construir capacidades a largo plazo.
- Líder afiliativo: este líder crea conexiones entre personas y mejora la armonía dentro de la organización. Es un estilo muy enfocado hacia la colaboración, que se centra en las necesidades emocionales, más que en las del trabajo de forma estricta. Los mejores efectos se consiguen cuando se combina con oros modelos de liderazgo, como el visionario; ya que de esta forma se mantienen bajo control los niveles estrés y se consiguen las cotas más altas de productividad.
- Líder democrático: se reconoce fácilmente por su capacidad de escuchar. Este líder atiende a cada sugerencia, opinión o idea, animando a todos a participar y tomando cada nueva información en consideración. Es una alternativa muy aconsejable cuando se entra en contacto con un equipo de trabajo por primera vez, aunque, si con el tiempo no se logran buenos resultados, el fracaso se achacará a una excesiva escucha, pero muy poca acción efectiva. El principal beneficio de esta manera de actuar es el fortalecimiento de los vínculos con los empleados y la consecución de una buena predisposición para obtener su compromiso con las metas de la organización.
- El controlador: quienes escogen esta forma de actuar comienzan planteando desafíos y objetivos interesantes para las personas, exigiendo la excelencia y con frecuencia ejemplificando ellos mismos lo que buscan, para que quede más claro el mensaje de qué es lo que quieren y como quieren que se haga. La orientación no suele ser uno de sus puntos fuertes y, muchas veces falta claridad en las instrucciones, por lo que consiguen resultados en el corto plazo pero, a largo plazo este estilo pueden llevar al agotamiento y la desmotivación. Comparado con otros modelos de liderazgo, éste es menos versátil, ya que sólo sería conveniente emplearlo con de un equipo ya motivado y competente. No obstante, hay que tener en cuenta que puede tener efectos negativos para el clima laboral.
- Líder autoritario: este líder alivia los temores y da instrucciones claras desde su visión de largo alcance. Ordena y manda, exige y espera el cumplimiento por parte de los demás, sin pensar en la necesidad de alcanzar un acuerdo previo con ellos. Quienes actúan de esta manera, necesitan autocontrol emocional para el éxito y pueden parecer fríos y distantes. Este enfoque es mejor utilizarlo solamente en tiempos de crisis cuando se necesita una acción rápida incuestionable y el resto de modelos de liderazgo no han dado la respuesta esperada.