Logística Inversa
Nuestro planeta viene sufriendo el impacto de la contaminación proveniente de la fabricación de los productos y procesos productivos correspondientes desde hace mucho tiempo. Las consecuencias están a la vista. El cambio climático, la extinción de especies animales y vegetales, la contaminación del agua, los gases de efecto invernadero, el exceso de monóxidos, entre varios otros impactos negativos con los que diariamente convivimos, nos evidencian la necesidad de crear e implementar herramientas que ayuden a reducir la generación de desechos. La Logística Inversa es una de ellas.
Toda empresa socialmente responsable debe contar con un sistema de logística inversa para recolectar sus componentes de desperdicio, reciclarlos, reutilizados y/o darle una disposición final que no contamine el medio ambiente.
Todos conocemos la definición de Logística como el proceso de planear, implementar y controlar eficientemente el flujo de materiales, inventario en proceso, productos terminados e información relevante desde el punto de origen al punto de consumo para los propósitos de atender los requerimientos del cliente. ¿Pero de qué se trata la Logística Inversa?
La Logística Inversa se define como el proceso de planificar, implantar y controlar el flujo de productos desde el punto de consumo hasta el punto de origen de una forma eficiente, con el propósito de recuperar su valor o el de la propia devolución.
Uno de los beneficios más importantes de la logística inversa es el aumento positivo de la imagen de la empresa. Las acciones realizadas con el objetivo de preservar el medio ambiente ayudan a mejorar la percepción que los clientes tienen de la empresa, aumentar la confianza y fidelizarlos de alguna manera. Entre otras de las ventajas podemos citar el reaprovechamiento o reciclado de algunos o todos los materiales componentes del producto y la obtención de feedback sobre la utilización del producto y su packaging.
Por otro lado, existen leyes y reglamentaciones que responsabilizan al productor del residuo por la disposición final del mismo, por lo tanto, muchas empresas reconocen a la logística inversa como una ventaja competitiva para mejorar la imagen de la organización. Por ejemplo, productos tales como los neumáticos o las baterías, por citar los más comunes, tienen un tratamiento complejo de recuperación, ya que a pesar de haber sido fabricado en un lugar determinado, es necesario que al terminar su vida útil sean tratados de misma forma en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, realizar esta logística de forma exitosa requiere un análisis detallado de los factores y las variables involucradas, principalmente para evitar un impacto significativo en los costos. Las metodologías más empleadas por las empresas consisten en utilizar materias primas que sean amigables con el medio ambiente, desarrollar proveedores, utilización consciente de los recursos naturales, implementar políticas de reciclado y reutilización de componentes, y la gestión propia de los residuos.
Sin duda, la logística inversa es una filosofía que toda empresa debe incorporar a su estrategia de actuación, no sólo debido a todos los factores mencionados, sino a la importancia que implica operar con el menor impacto posible en nuestro planeta.