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La Triple ‘A’ y el Triple Cambio

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He hablado en anteriores posts sobre lo que denomino la triple ‘A’: Autoconocimiento, Actitud y Acción. Ellas, mis tres ‘A’ son la razón de que Éxito se escriba con ‘A’. También me habréis leído haciendo apología del cambio, como único motor para el camino hacia la excelencia. De hecho, como dijo Darwin el cambio es necesario para la pura supervivencia: "Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio".

Como dijo Marcel Proust, aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia. Y es que nadie duda de que estamos en tiempos de cambios. Pero la buena noticia es que siempre han sido tiempos de cambios. Creemos estar en un momento único, pero la humanidad lleva millones de años evolucionado gracias al cambio. Un cambio deseado o un cambio impuesto. Un cambio progresivo o un cambio disruptivo. Y, en la mayoría de los casos, encontramos factores comunes, como la resistencia o el miedo.

Hoy me gustaría teorizar un poco más sobre el cambio, hablando de lo que considero son los tres tipos más importantes de cambio:

Abordaremos primero el punto más importante: el cambio interior, el cambio de nosotros mismos, el lanzamiento de una nueva versión de nosotros mismos. Para ello debemos partir de un elevado nivel de Autoconocimiento, como el que nos proporciona el DAFO Personal ®. A partir de este, iniciar el cambio interior será cuestión de interpretar el resultado. No me cansaré de repetir que tenemos dos caminos: focalizarnos en los puntos débiles e intentar minimizarlos, o focalizarnos en los puntos fuertes e intentar potenciarlos. Estoy convencido de que la segunda opción es la que nos da más probabilidades de éxito. La primera nos convertirá en una versión mejorada de nosotros mismos, la segunda, en la mejor versión posible.

A continuación hay que considerar el cambio en lo que nos rodea, el cambio hacia fuera, la fijación y el camino de la acción para alcanzar nuevos objetivos. Este cambio tiene mucho que ver con la Acción, con la fijación de objetivos, que como vimos, deben ser SMART (Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y ligados al Tiempo). Se trata de fijarse objetivos de cambio y hacer que estos pasen, en lugar de esperar a que simplemente pasen. De nuevo tienes una disyuntiva: qué asiento prefieres: el del copiloto o el del conductor. Estás claro cual considero que es el que te maximiza las probabilidades de éxito.

Finalmente, debemos saber gestionar los cambios imprevistos, aquellas situaciones quizás impuestas o simplemente casuales que nos cambian el escenario. Y aquí, al no poder escoger las cartas con la que jugamos esta manga, debemos sacar el máximo partido de ellas, y ello se consigue con una efectiva gestión de la Actitud. En cada cambio imprevisto la actitud adecuada, no existe una actitud universalmente correcta. Lo que si es óptimo es decidir nosotros la actitud con la que enfrentamos el cambio. Y esto sólo depende de nosotros. Recordemos que el que manda, está en nuestra cabeza.