Jefes inmigrantes vs. colaboradores nativos digitales
El Liderazgo en Red es uno de los temas que empieza a resonar dentro de las organizaciones como una de las competencias que deben tener o desarrollar todos aquellos que ocupen una posición de liderazgo.
El tema sigue generando resistencia, porque la mayor parte de las posiciones de liderazgo actualmente, están en manos de profesionales que son Inmigrantes Digitales (tienen más de treinta y pico) y por mucha teoría que leen al respecto, aún no logran entender del todo de qué se trata.
Y es normal que esto nos pase (me incluyo como inmigrante) porque nuestra práctica diaria como líderes se basa en los conocimientos que fuimos adquiriendo, los saberes que fuimos produciendo en el hacer y finalmente, y más importante, en nuestro “saber hacer” (aquello que antaño se llamaba “tener oficio”).
Y resulta que “el saber hacer” lo adquirimos con los años bajo un modo, aprendiendo de nuestros mayores o referentes. Culturalmente aprendimos a pensar de forma lógica (con el hemisferio izquierdo) procesando la información de forma analítica y secuencial; paso a paso; de forma lineal; confiando en nuestra experiencia, nuestra capacidad de razonar y siguiendo los manuales para asegurarnos de que estamos haciendo lo correcto.
De pronto, tenemos un equipo a cargo de nativos digitales que “parece” que van a su aire en el modo de aprender y nos cuesta “pescar la lógica”. Es que ellos abordan el aprendizaje desde la intuición (con el hemisferio derecho, el de la creatividad); atraviesan la experiencia (probando, corrigiendo) y de allí extraen conocimientos y producen saberes. Los nativos, guiados por la creatividad y las emociones, siguen un proceso intuitivo en lugar de lógico; buscan imágenes, símbolos, sentimientos y se sumergen en la interacción y las conversaciones para extraer aprendizaje.
He aquí la pista para empezar a desarrollar la competencia de Liderazgo en Red: dejar de poner el foco en la información, y empezar a acceder a las conversaciones y participar activamente en ellas.
Esto implica un cambio de posición en el ejercicio del liderazgo: pararse en el lugar del “facilitador, coordinador, orientador” y abandonar el rol de ser el fabricante de decisiones (ordeno y mando).
Claro que de fácil no tiene nada, porque cambiar de posición, implica reaprender a liderar bajo un nuevo modo donde la comunicación y la forma de relacionarnos son un verdadero desafío.
Pero si hacemos el esfuerzo de pararnos en el lugar del facilitador, empezamos a encontrar la forma:
- El Internet de la información, con los espacios sociales, se ha convertido en la Internet de las personas. Todos estamos allí a título “personal” (con todos nuestros roles). Por tanto el abordaje es desde lo personal (como profesionales y líderes- nuestra identidad digital-, pero no desde lo corporativo).
- Utilizando los medios digitales para comunicarnos y relacionarnos con colaboradores y pares: Mensajería instantánea, Messenger, Redes Sociales, generando y construyendo confianza para lograr el compromiso del equipo de forma no presencial.
- Promoviendo y motivando la circulación de información en el equipo por medios digitales, para la construcción de conocimiento y soluciones colectivas.
- Colaborando desde la posición de líder (en redes formales e informales) con la generación de conocimiento del mercado y los clientes, filtrando y compartiendo contenido relevante.
- Actuando con naturalidad, pero con prudencia por la naturaleza pública de Internet.
- Y finalmente, compartiendo opiniones que fomenten el debate desde una posición reflexiva y analítica.
Bien sabemos que el liderazgo sólo puede ejercerse a través de la comunicación (muy lejos de aquel estereotipo de autoridad de mandar y controlar). Y si con quien tenemos que comunicarnos es con nuestros colaboradores nativos, entonces tendremos que incorporar a “nuestro saber hacer” el marcar líneas de acción o ratificar objetivos vía WhatsApp, recibir ideas y proyectos vía el Messenger de Facebook o crear un grupo privado y secreto en Facebook para debatir soluciones y caminos de acción.
Los nativos no se cuestionan si Facebook es para los amigos y Linkedin profesional o si procede o no mandar un mensajito a su superior para hacer una consulta. Para los nativos “estos” son los canales de comunicación más directos y simplemente los usa.
Si nos demoramos en habilitarlos, también para uso profesional y laboral, no deberíamos sorprendernos cuando hayamos perdido nuestra posición de liderazgo.