Internacionalización de empresas: consideraciones previas
La internacionalización de empresas es un proceso que plantea muchos retos a los responsables del negocio. Aspectos relacionados con el liderazgo, los medios de pago, los factores macroeconómicos o la complejidad de la cadena de suministro son sólo algunos de los desafíos a que se debe hacer frente para poder hablar de éxito global.
Lo que funciona bien en territorio local puede no hacerlo fuera de las fronteras y, por eso, es necesario diseñar una estrategia específica para la internacionalización de empresas, que sirva de hoja de ruta en un camino que sólo unos pocos se atreven a emprender.
En las siguientes líneas hablaremos de dos de los retos que mayor impacto pueden causar en los resultados de la internacionalización.
Internacionalización de empresas: un cambio a nivel estructural
El objetivo de quienes se plantean la internacionalización de empresas es ser competitivo a nivel mundial. Para conseguirlo, es preciso contar con el equipo mejor preparado en el lugar adecuado y el momento idóneo.
Una consideración fundamental en un proceso de expansión de este calibre es la estructura de la organización y la ubicación de los equipos. Es preciso tomar decisiones relativas a:
- Descentralización.
- Horizontalidad.
- Autonomía de las sucursales en el extranjero.
- Medios disponibles para coordinar el trabajo en distintas zonas horarias.
Además de estas cuestiones prácticas, es preciso plantearse si es necesario contratar expertos en el área local que entiendan la cultura de los mercados objetivo, pero que trabajen de manera centralizada.
Por último, hay que tener en cuenta que la estructura del negocio y el número de personas que formen el equipo, así como sus perfiles profesionales y experiencia, pueden variar según la industria, el producto y el tamaño de la empresa. No existen reglas únicas y habrá que atenerse a los datos y su análisis para evitar tomar decisiones siguiendo el método ensayo - error.
La importancia del cumplimiento en la internacionalización de empresas
Una vez se ha establecido la estructura de la empresa, es fundamental obtener una comprensión exhaustiva de las leyes y normas locales que rigen los mercados objetivo.
Entre la legislación que será preciso conocer se encuentra toda la vigente, en relación con:
- Implicaciones fiscales.
- Leyes comerciales.
- Protección de datos.
- Normativa de regulación del empleo.
- Normas de prevención de riesgos laborales.
De esta investigación se derivarán gastos, como son las tarifas potenciales y los costes legales asociados con la entrada en nuevos mercados. A ellos podría resultar interesante sumar los de la contratación de servicios de consultoría empresarial ya que, dada la complejidad involucrada en el comercio exterior y las leyes de empleo, invertir en un abogado con experiencia y conocimiento puede ser la solución más acertada.
Por último, como empresario responsable de un negocio global, no puede olvidarse que, más allá de cumplir con las leyes oficiales, participar en negocios internacionales a menudo requiere seguir otras pautas culturales no escritas.
Esta cuestión puede terminar suponiendo un verdadero reto y, por eso, merece la pena abordarla ya desde la definición de la estrategia de internacionalización de empresas. Normas no escritas, hábitos y costumbres marcarán las relaciones con socios, proveedores, clientes y colaboradores por lo que es necesario asegurarse de que todos los pasos se dan en la dirección adecuada para evitar cometer errores que podrían tener futuras repercusiones en la reputación de la empresa.
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