Gestión de proyectos utilizando el método de la cadena crítica
Los proyectos no siempre acaban a tiempo, es frecuente hablar de retrasos, pero también lo es el consumir un mayor presupuesto del que se había estimado para ello o más recursos de los designados inicialmente. El método de la cadena crítica llevado a la práctica simplifica enormemente las tareas de gestión de proyecto, proporcionando una claridad que permite tomar mejores decisiones y crear un entorno eficiente, donde la incertidumbre se gestiona de forma adecuada y cada elemento funciona como es esperado.
Goldratt, el impulsor de la Teoría de las Restricciones supo cómo sacar el mejor partido a la incertidumbre que aparece en procesos y proyectos, optimizando la gestión de los mismos mediante la aplicación de una metodología, la de la cadena crítica (CCPM). Entre los beneficios del uso de este método de gestión de proyectos se encuentran el terminar los proyectos no sólo a tiempo, sino también más rápido, utilizando los mismos recursos o incluso menos, como muestran los siguientes porcentajes:
- Finalización a tiempo de los proyectos en cerca del 100% de los casos (sin reducción de la extensión).
- Reducción de la duración de los proyectos entre un 20 y un 60%.
- Aumento del volumen de proyectos entre un 25 y un 100%.
Beneficios operativos del CCPM
En términos de beneficios operativos, las empresas que han aplicado el método de la cadena crítica para su gestión de proyectos están reportando:
- Mejor visibilidad de los riesgos.
- Capacidad de respuesta global más rápida a los problemas.
- Prioridades más claras y más estables.
- Mayor foco.
- Uso más eficaz de los recursos
- Menor esfuerzo administrativo.
- Información mejor y más actualizada.
Los buenos resultados obtenidos en proyectos de diversa índole y por organizaciones de tamaños, sectores y actividades muy diferentes están aumentando de forma exponencial el uso de esta metodología. Otra de las razones que impulsan a muchos a decantarse por el método de la cadena crítica es el hecho de que es uno de los estándares recomendados por el Project Management Institute (PMI) en su guía de buenas prácticas.