Gestión de proyectos: lean vs ágil
Con el mundo empresarial cada vez más competitivo, las organizaciones buscan modernizar sus procesos de negocio y de producción. En esta búsqueda surgen múltiples opciones que deben valorarse: cascada, scrum, lean, ágil... pero, ¿cuál es la mejor? ¿cómo saber qué modelo de gestión de proyectos conviene más para mejorar resultados?
Gestión ajustada aplicada a la gestión de proyectos
La gestión de proyectos lean se inspira en los principios de la producción en serie Toyota, que buscan minimizar el uso de recursos y eliminar los residuos para aumentar al máximo el valor del cliente. En esencia, cuando se ejecuta correctamente, Lean ayuda a las empresas a conseguir productos de calidad y en un menor plazo de tiempo, a la vez que se asegura la alineación con las exigencias de los clientes. Mary y Tom Poppendieck fueron quienes, en el año 2003, adaptaron estas reglas para su aplicación al desarrollo software. Esta idea, recogida en un libro donde se detalla la forma de llevar a cabo su implementación en este entorno; abrió las puertas a la propagación de la metodología, que comenzó a aplicarse a negocios y procesos de todo tipo. Las claves de la gestión de proyectos lean aplicado al software development son:
- Buscar la comprensión del cliente.
- Centrarse en maximizar el valor ofrecido.
- Cambiar el enfoque de la gestión, huyendo de lo vertical para abrazar la horizontalidad, creando flujos de valor.
- Optimizar las tecnologías, activos y procesos orientándolos al cliente.
- Eliminar todo lo que no está agregando valor al proceso de desarrollo del producto o servicio.
- Evitarreunionesinnecesarias, tareas superfluas y documentación prescindible.
- Frenar cualquier iniciativa de construcción de elementos que no son necesarios.
Las claves de la gestión de proyectos ágil Aunque es frecuente la confusión, puesto que muchos de los principios rectores de la metodología ágil proceden de Lean, esta forma de gestionar no coincide con la anteriormente expuesta. Prueba de ello son las directrices que plantea:
1. La prioridad más alta debe serla satisfacción del cliente.
2. Se deben establecer requisitos para gestionar el cambio.
3. Hay que fomentar la entrega frecuente de software
4. Tiene que impulsarse una cooperación diaria entre usuarios de negocio y desarrolladores.
5. La motivación del personal ha de ser la pieza clave sobre la que desarrollar los proyectos.
6. Siempre que sea posible se ha de escoger una conversación en persona a cualquier otro medio de comunicación.
7. El progreso se mide por la proporción de software que ya se encuentra funcionando.
8. Hay que mantener un ritmo de desarrollo sostenible.
9. Se debe avanzar hacia la excelencia técnica.
10. Tiene que buscarse y preferirse la simplicidad a cualquier otra opción en la gestión de proyectos.
11. La autonomía individual es necesaria y, por eso, hay que procurar que los equipos estén auto-organizados.
12. Las adaptaciones se han de producir de forma regular, respondiendo a una reflexión previa y frecuente.
Existen muchos puntos en común, aunque también hay diferencias. Escoger una modalidad de gestión de proyectos u otra dependerá de cada organización, aunque siempre es aconsejable observar lo más positivo de ambas e incorporarlo a los procedimientos internos.