Entorno des-motivante
Te puede sonar raro el título, pero para hacer justicia a la realidad, debemos también contemplar el hecho de que puede ocurrir que tengas que trabajar en un entorno poco propicio y que no esté en tu mano cambiarlo. En los últimos posts hemos tratado el tema del entorno y su impacto en nosotros. Pero una mirada completa a este aspecto, que es fundamental, debería de manera obligatoria tratar estos entornos. Soy consciente de que seguramente es el peor título para un post, pero quiero ser riguroso y realista. Espero que lo aprecies ;)
Estos entornos, que existen y seguramente todos los hemos vivido, van a afectarte para mal, pero no puede ser un lastre en tu carrera ni en tu vida. Lo mejor que puedes hacer es coger el toro por los cuernos y tratar de hacer de la necesidad virtud; es decir, sacar provecho de a la adversidad, porque, aunque de entrada pienses que no, es posible motivarse en un mal entorno.
Para ello hay que mantener una actitud decidida y no dejarse arrastrar por la que tengan los demás. En primer lugar, no respondas a quien te hable o te trate mal. Es fácil encontrarse con gente que no pasa de monosílabos o cuyas palabras y miradas están llenas de mala intención. Sin embargo, nadie se levanta por la mañana, se mira el espejo y se propone ser mala persona a lo largo del día; y esa ausencia de premeditación debe hacernos pensar que no es una actitud voluntaria. Los maleducados no son conscientes, en general, de su condición; por eso si respondes a alguien que te trata mal, puede llegar a hacer que crea que tú has empezado, lo cual hará todavía más complicada la situación. En este sentido, una buena conducta puede contribuir a mejorar la relación.
Por otro lado, una de las cosas que más nos molesta es que nos hagan hacer cosas que creemos que no tienen sentido. Si te encuentras en una situación así, no te conformes ni te reconcomas; puedes darle la vuelta planteando preguntas que te permitan entender mejor qué quieren que hagas. En la mayoría de las ocasiones hay una lógica tras cada orden y una explicación puede hacer que la incomodidad de tener que acatarla se transforme en entusiasmo por colaborar o, incluso, en interés por aportar ideas y mejorar lo que te piden. Cuanto mejor conozcas lo que tienes que hacer más motivante podrá ser tu misión y tu tarea y mejor lo harás.
También es importante saber a qué aspiras. Si sabes dónde y cómo quieres estar dentro de tres, cinco o diez años, podrás mejorar tu rendimiento y así cambiar un entorno hasta entonces negativo. Tus propios objetivos te permitirán aumentar tu motivación y, por tanto, también tu rendimiento.
Finalmente te recomiendo compartir lo que te pasa por la cabeza. Callar es la fuente principal de que el entorno laboral se enrarezca y de que se creen recelos y suspicacias. No dejes que el descontento y la falta de motivación causadas por el entorno afecte las tareas.