¿Cuáles son los elementos esenciales de un proyecto de innovación?
Nuestra época se caracteriza, entre otras cosas, por una continua explosión de ideas, conocimientos y herramientas. Día a día asistimos al surgimiento de iniciativas que intentan abrirse campo en mercados altamente competitivos y en los que la agilidad es el elemento predominante.
Ya lo hemos mencionado en otras ocasiones: la innovación es un factor determinante para la supervivencia de las empresas en la era de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, vale la pena preguntarnos hasta qué punto todas estas iniciativas, ideas, proyectos y demás son realmente innovadores. ¿Cuántas de estas ideas han logrado una verdadera ruptura en su sector? ¿Qué cambios han generado? ¿El mercado seguiría siendo el mismo si su irrupción no se hubiese producido?
Claves para distinguir un proyecto de innovación
La respuesta que de momento se nos ocurre es esta: aunque todas las iniciativas tienen un origen innovador, es decir, que intentan generar una ruptura en su sector o campo, no todas cumplen con dicho objetivo.
Existen diversos motivos para que un proyecto no logre el efecto disruptivo que en un principio pretende. Pueden ser desde fallos de gestión y diseño interno hasta un mal recibimiento en el mercado. Son muchos factores los que entran en juego.
¿Cómo distinguir, entonces, aquellas ideas que son realmente innovadoras de las que no lo son? ¿Qué les hace diferentes? Volvamos al origen del concepto y repasemos los elementos esenciales de un proyecto de innovación:
1) Idea duradera y útil:
Los proyectos innovadores no duran un día, cinco o una semana. ¡Ni siquiera un mes! Son ideas proyectadas a medio o largo plazo. La innovación también supone un proceso de maduración, que es el que permite que la idea se mantenga en el tiempo. ¿Y cómo lograr esto último? Sencillo, con un elemento que no todos los proyectos o ideas tienen: un alto grado de utilidad para los usuarios o consumidores.
2) Tiene un algo componente de planificación:
¿Crees que la innovación es producto de la generación espontánea? Te equivocas: no existe ningún proyecto innovador (¡ninguno!) que no haya pasado antes por labores de investigación, diseño y producción. En últimas, por un trabajo de planificación . Por supuesto que también intervienen ciertos condicionantes externos, entre ellos el azar, pero ninguno tiene el suficiente poder como para garantizar el alcance y el impacto que caracteriza a los proyectos innovadores.
3) Se adapta a la realidad:
¿Por qué algunas ideas, pese a ser innovadoras en la teoría, nunca llegan a serlo en la práctica? Es una buena pregunta para los Project Manager a quienes se ha encargado su gestión. Nosotros, mientras tanto, podemos decir que cualquier proyecto innovador debe tener un alto de grado de adaptabilidad al contexto, pues finalmente es allí donde se reflejará su impacto y su efecto disruptivo. La innovación no solo es generación de ideas; consiste, sobre todo, en la ejecución de las mismas.
4) Genera cambios significativos:
Por último, la característica más importante de un proyecto innovador es su capacidad para generar cambios. Pero ojo, no cualquier cambio. En este caso se trata de cambios significativos, estructurales y muchas veces decisivos. Si el impacto de un proyecto es sólo puntual, no pasa de ser un buen recurso o una solución específica. Pero si, en cambio, es capaz de generar un antes y un después en su sector o escenario comercial, sí que podemos hablar de una idea innovadora.