Crowdsourcing: definición y utilidades
¿Qué es el crowdsourcing?
El crowdsourcing, en sus inicios (acuñado hace más de 15 años) se posicionó en nuestras mentes como “la tercerización de tareas” que podía realizar cualquier organización, para llevar a cabo un proyecto, sin incrementar la plantilla. Pero hoy sabemos que esta estrategia se utiliza para lograr otros propósitos. Freelancers, 99Designs o Airbnb, son plataformas basadas en la estrategia de crowdsourcing.
Puestos a definir el tema central de este artículo diremos que, literalmente, crowdsourcing significa “colaboración colectiva”, pero dado que lo colectivo implica la confluencia de personas tras un mismo interés u objetivo independientemente de su tamaño, nos aclarará aún más recordar que “crowd” significa “multitud”, por lo que con crowdsourcing nos referimos a una colaboración colectiva con una gran cantidad de individuos implicados, en la que todos los actores obtienen un beneficio, no siempre monetario.
Diremos entonces que una estrategia de crowdsourcing implica recurrir a un grupo numeroso de personas, para obtener los bienes, servicios o conocimientos que buscamos.
¿Qué diferentes tipos de crowdsourcing podemos identificar?
Dada la amplitud del concepto, es lógico inferir que podemos utilizar esta herramienta para fines muy variados y creativos. Mencionemos sólo algunos de ellos:
- Selección de talentos: una organización puede recurrir a esta herramienta para encontrar a una persona capaz de llevar adelante un proyecto específico o, por el contrario, buscar entre todos los participantes de su convocatoria y asignarles a todos o a muchos de ellos una tarea pequeña dentro de un proyecto más grande. A estos procesos se los suele llamar macrotarea y microtarea.
- Concursos: este es uno de los tipos más habituales ya que es común que las organizaciones recurran a concursos de multitudes para crear un diseño, para retratar una temática, etc. En estos casos la organización suele dar la temática y/o características mínimas que debe poseer el diseño, la foto, el producto final y recibir múltiples propuestas a cambio de un premio para el/la ganador/a.
- Votación multitudinaria: este tipo de crowdsourcing, tal como su nombre lo indica, se trata de una multitud que vota, que elige, para determinar cuál es la mejor propuesta dentro de una selección. Esto suele utilizarse para determinar el curso de acción de un proyecto específico o bien para ayudar a priorizar ideas.
- Financiamiento colectivo: este tipo de crowdsourcing, más conocido como crowdfunding (enlazar al artículo de crowdfunding), se da cuando las empresas o personas solicitan dinero para recaudar fondos que cubran los costos de un esfuerzo identificado, para dar impulso a un proyecto nuevo o para lograr un objetivo específico para el cual no se tiene suficiente capital. En este caso se opta por esta herramienta en la que se apuesta a que muchas personas inviertan poco capital en lugar de ir en busca de una sola que invierta el total, siempre a cambio de una recompensa que debe estar clara desde el inicio.
Pros y contras de implementar una estrategia de crowdsourcing
Cuando una entidad ―empresa, organización, individuo― convoca a un gran número de personas ―se dirige a la multitud― para adquirir recursos específicos, se trate de lo que se trate, estamos ante una estrategia de crowdsourcing.
En lugar de abastecerse exclusivamente de recursos propios, estas entidades utilizan los recursos de redes sociales, internet en general y/o plataformas específicas de crowdsourcing en particular, para acceder a los bienes, servicios o información que requieren.
¿Por qué?
Porque de este modo tienen la posibilidad de acceder a un espectro de fuentes más amplio de lo que podrían alcanzar si utilizaran solamente sus propias fuentes (sus empleados, sus proveedores, otros canales tradicionales, etc), lo que constituye una gran ventaja.
Con esta herramienta, las entidades pueden, por ejemplo, consolidar y promover información, solicitar ideas o recaudar dinero.
Otra de las ventajas que constituye esta herramienta es la velocidad, ya que permite a las entidades acceder a un conjunto de experiencias no solo más amplio, sino a un ritmo mucho más rápido que si lo hiciera a través de los caminos tradicionales.
A esto hay que sumarle el costo que es, definitivamente, mucho menos que en el caso de la implementación de otras estrategias.
Pero como no todo lo que brilla es oro, debemos ocuparnos también de las desventajas de este tipo de recurso.
Los requisitos de gestión, al recurrir al crowdsourcing son diferentes y requiere una dedicación de horas mayor que si recurrimos a una fuente tradicional.
Dependiendo del tema por el cual convoquemos a esa multitud, podríamos necesitar ser más específicos sobre nuestras expectativas y nuestras necesidades y sobre el modo en el que vamos a evaluar las respuestas y propuestas recibidas o sobre el modo de compensar la participación de los interesados o el modo de analizar la propiedad de los resultados finales obtenidos.
En muchos casos habrá que procesar cientos, miles o hasta decenas de miles de mensajes, propuestas, requerimientos, etc, por lo que tenemos que estar preparados, como organización, para recibirlos, evaluarlos y gestionarlos adecuadamente.
La enorme cantidad de personas a la que llegamos con esta estrategia ―la multitud― no nos permite garantizar, como entidad promotora de un proyecto en particular, que esa multitud tenga la experiencia, los recursos ni la pericia necesaria para brindar lo que se necesita. En algunos casos incluso no resulta posible confirmar si se está llegando a las mejores fuentes para brindar el mejor resultado, por lo que es un aspecto, para nada menor, que debemos evaluar con seriedad a la hora de decidir embarcarnos en este camino.
Conclusión
Hay muchas plataformas y tecnologías especialmente diseñadas para realizar crowdsourcing y todo indica que se seguirán perfeccionando, tanto para nichos de mercado como para organizaciones grandes de la sociedad civil.
Lo cierto es que son parte de nuestra cotidianeidad probablemente mucho más de lo que seamos conscientes.
Participamos de este tipo de estrategias como consumidores e incluso como productores, cuando volcamos información en plataformas dedicadas a informar sobre el tránsito de un lugar específico en tiempo real (como Waze), como cuando leemos o incluso creamos una entrada en la plataforma Wikipedia (es el caso más paradigmático de crowdsourcing).
En todo caso, identificar si esta es o no una estrategia recomendable para un proyecto específico, para una parte de él o para una organización completa, es una ardua tarea que requiere conocerla en profundidad, tanto como todas las demás estrategias y herramientas disponibles a nuestro alcance.
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