Creatividad para empezar a Monetizar durante la Pandemia
No hay duda de que las crisis nos despiertan las neuronas. Desde el comienzo de la pandemia hemos empezado a ver todo tipo de emprendimientos: delivery de comidas caseras, kits de artesanías para entretenerse, etc., hasta las propuestas de las marcas como NIKE con sus NIKE OFF, una zapatillas para estar en casa haciendo Home Office o los tapabocas de lujo que lanzaron las marcas como LV o Fendi.
Pero si hay un sector golpeado, es el del turismo. Primero porque aún hay muchas fronteras cerradas. Segundo porque la gente tiene mucho temor de subirse a un avión para hacer turismo en los típicos lugares donde hay aglomeración de personas.
En muchos países se está fomentando el turismo interno (para poder desplazarse en auto) y apareció mucha oferta de alojamientos rurales, en zonas que tienen poca densidad de población, pero los actores de esta industria no dejan de pensar cómo empezar a “monetizar” dado que según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo se estima que el tráfico de pasajeros pre-pandemia, no se normalizará hasta el 2024.
Así han empezado a surgir propuestas “novedosas” por las que la gente está dispuesta a pagar.
Una ingeniosa propuesta es la de una Agencia de Viajes de Rosario (Argentina), Kamchatka que tiene cita con sus clientes cada domingo a las 19hs, para viajar a Cuba, Rusia, Tailanda España, etc. (16 destinos en total) a través del móvil o la computadora.
Por sólo € 7 los clientes compran un recorrido que verán en sus móviles, pero el precio incluye, además, una cena típica del lugar que van a visitar. Si es la noche de Cuba, antes del comienzo llega el Delivery que trae fufú de plátano, ropa vieja y besitos de coco. Con la cena lista, los clientes se conectan y esperan que comience el tour junto a otros viajeros.
Pero no sólo las Pymes o emprendedores están desplegando creatividad.
Ya han comenzado algunas Líneas Aéreas con sus “Vuelos a ninguna parte”.
El pasado 20 de septiembre Qantas anunciaba:
“La aerolínea Qantas vendió este jueves en 10 minutos todas las plazas para un “vuelo a ninguna parte” que sobrevolará el 10 de octubre durante siete horas algunos de los principales atractivos turísticos de Australia”.
El vuelo parte y retorna a Sidney sin que el pasajero se baje en ningún momento.
…permite hacer un viaje sin necesidad de que el pasajero tenga que realizar la cuarentena de 14 días que se impone a las personas que residen en los llamados “focos de COVID” cuando viajan a otro estado.
Los billetes de este vuelo, que cuenta con el menú del famoso chef mediático australiano Neil Perry, se vendían entre 572 dólares (486 euros) y 2.754 dólares (2.341 euros) y se agotaron en 10 minutos.
A este tipo de Turismo en el aire, se están sumando otras líneas aéreas. Entre ellas Singapore Airlines que también espera lanzar su oferta para octubre, con un plus: estos viajes pueden combinarse con estancias en los hoteles de la ciudad, vales para compra y viajes en limusina.
Mientras hay muchas empresas que están esperando que llegue el “Día Después”, otras han puesto a sus colaboradores a generar ideas. Seguro han surgido algunas muy disparatadas, y otras, como la de Qantas que, seguramente, se lanzó como un MVP (Producto Mínimo Viable) para testear si había aceptación y no tengo dudas de que los primeros sorprendidos por las ventas generadas fueron todos los colaboradores de la propia empresa.
Hoy necesitamos trabajar de forma colaborativa con todos los miembros de la organización para que surjan ideas posibles hasta imposibles. Porque entre ellas habrá alguna que se puede lanzar para testear de forma rápida y económica.
Esto es parte de lo que nos va dejando este período de pandemia: transformación en la forma de ponerse a generar ideas. Lanzamientos rápidos con Productos Mínimos Viables, testeo, iteración, y aprendizaje para ir refinando la Propuesta de Valor.
Ver este tipo de casos, inspira. Nos ayuda a pensar que también durante la vigencia de la pandemia se puede “monetizar” de alguna forma, para evitar los despidos masivos por un lado e incorporar una nueva cultura de pensamiento dentro de la organización, que terminará siendo parte de su ADN.