Convivencia entre Robots y Humanos
En casa, en el trabajo y en todas partes, robots y humanos colaboran cotidianamente.
Recuerdo a mi mamá barriendo el piso de la casa. Ella tenía una técnica muy eficiente que implicaba una logística compleja, donde primero había que liberar el espacio del suelo para poder pasar la escoba. Así aprendí a barrer el piso de mi casa y de seguro ha sido una metodología que ha ido pasando de generación en generación, donde cada actor ha agregado valor poniendo su cuota de mejora.
Esto ha sido así hasta mis hijas. Ellas nunca han visto cómo un humano barre mi casa. Pero sí conocen la Roomba e incluso juegan con ella.
Son muchas las labores domésticas, por así llamar a aquellas actividades simples que han sido cubiertas por las máquinas, con o sin inteligencia artificial. Los robots cortacésped también conviven frecuentemente en nuestros hogares. Otro ejemplo aparece de la mano de John Deere y sus tractores autónomos que, basado en imágenes y con el soporte de la inteligencia artificial, el tractor robot reconoce la diferencia entre las plantas cultivadas y las malas hierbas para dar tratamientos diferenciados y propiciar la agricultura.
En algún momento, ya hemos presentado a los robots autónomos que operan en los supermercados, en los almacenes y en las líneas de producción. Incluso hemos hablado sobre vehículos autónomos, capaces de decidir sobre el comportamiento del tránsito.
Es obvio que los robots ya conviven con nosotros. La Roomba, el Tango E5, Nuro y no faltará mucho para que Robocop o incluso un Terminator forme parte de las fuerzas de seguridad. Lo cierto es que comienza a tornarse difícil identificar qué es “normal” y qué es ciencia ficción.
También es natural pensar que las máquinas reemplazarán a las personas en el mediano plazo, pero de seguro no es así.
Convivencia entre Robots y Humanos
Cuando se implementa cuidadosamente y con la intención de simplificar los procesos repetitivos o difíciles de administrar, la automatización puede hacer que los trabajos sean más agradables, eliminar riesgos e incluso crear oportunidades para el avance profesional.
Las soluciones robóticas están diseñadas para automatizar trabajos rutinarios, repetitivos y, a veces, poco agradables. Es obvio que existen cosas más productivas que barrer el piso de la casa o que cortar el césped del jardín. Por ejemplo, con la llegada del COVID-19, el homeoffice ha cobrado relevancia en nuestra rutina diaria. Sin embargo, alguien debe limpiar la casa, correcto? Qué mejor que un robot se encargue del problema, mientras que el trabajador asiste a una videoconferencia? Además, luego de las 8 horas de trabajo en casa, qué peor cosa que tener que ocuparse de las tareas domésticas!
La pregunta es qué sucede con los trabajadores domésticos? Pues los robots no ejecutan el 100% de las actividades domésticas, aún quedan infinidad de tareas por realizar, trabajos que agregan mucho más valor que barrer el piso.
En términos generales, la automatización es ideal para tareas repetitivas y predecibles. Algunas partes del mundo de la comida cumple con estos parámetros de repetitividad y predictibilidad, por ejemplo, el mundo de las ensaladas. Así, la empresa de robots de alimentos Chowbotics fabrica un dispensador de ensaladas robótico llamado Sally. Los clientes usan una pantalla táctil para pedir una ensalada personalizada, luego el robot la prepara y la sirve en segundos.
Continuando en el rubro de los alimentos, Flippy, de Miso Robotics, es uno de los primeros asistentes de cocina robótico del mundo, con inteligencia artificial y una solución integral para freír e incluso cocinar carne (hamburguesas) por encargo y hasta limpiarse automáticamente. Flippy está diseñada para mejorar el rendimiento de las cocinas de los restaurantes, pero no reemplaza al chef.
Saliendo de la cocina, en el Consumer Electronics Show (CES) de 2021, Samsung presentó varios robots domésticos, por así llamarlos. Uno de ellos es el Samsung Bot Care, que se especializa en ayudar a los usuarios a administrar su rutina diaria de salud. Es capaz de medir la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la respiración, entre otros, y puede alertar a los usuarios cuando necesitan tomar sus medicamentos. Según se menciona en el sitio web de Samsung, este robot también rastrea el sueño del usuario y le entrega un análisis de los patrones de sueño. También informa el pronóstico del tiempo y el horario del día, y reproduce música que se adapta al estado de ánimo de la persona.
Como se mencionó al inicio de este post, los robots ya forman parte de nuestra rutina y la tendencia es que cada vez más robots interactuarán entre nosotros.
¿Qué pasa con los humanos?
La preocupación siempre existe, las personas tememos ser reemplazados por las máquinas.
En parte es cierto, pero en toda revolución industrial existe un período de transición, en donde desaparecen puestos de trabajo y se crean otros. Así ha sucedido con la máquina de vapor, con la línea de montaje e incluso sucedió mucho antes, en la revolución agraria. Pero esto no debería ser un problema, ya que las oportunidades seguirán estando disponibles para los humanos y serán más productivas y satisfactorias que antes.
Con la automatización, los humanos podemos asumir una mayor responsabilidad y volver a implementar nuestros roles y habilidades en otras partes de la industria o del hogar. Por supuesto, aún se necesitarán humanos para llevar a cabo la instalación, el mantenimiento y la supervisión de esta tecnología. Desde la seguridad laboral, más allá de sacar a los trabajadores de entornos repetitivos y potencialmente peligrosos, la automatización también ayuda a reducir los riesgos que se encuentran comúnmente en una fábrica. Incluso los robots nos han ayudado a sobrellevar la pandemia del COVID-19 y nos dejan mejor preparado para futuros similares
Por otro lado, es menester destacar que la constante evolución de la tecnología impulsa la necesidad de que las personas evolucionen mejorando sus competencias. Así se crean nuevas oportunidades laborales y se fomenta el crecimiento profesional y personal.
Transición inevitable
Los robots y la inteligencia artificial ya forman parte de nuestras vidas. No se trata de temer, sino de estar preparados. Las revoluciones industriales seguirán ocurriendo con el avance de la tecnología y no se pueden evitar, y no deben evitarse.
Consecuentemente, la clave está en la adaptación y en la sobrevivencia a la transición. Una vez en régimen, la tecnología jugará a favor de la humanidad, creando actividades de mayor valor agregado, más seguras para la salud y más rentables para todos.