Cómo mejorar el nivel de madurez digital de tu empresa
Primero, definamos a la madurez digital como el criterio que evalúa la capacidad de una empresa para competir en un mercado altamente digitalizado, atender las necesidades de sus clientes y adaptarse a las transformaciones digitales y sociales.
También la podemos definir como la capacidad de una empresa para aprovechar las oportunidades de las tecnologías digitales para mejorar sus procesos, productos y servicios.
No es solo implementar tecnología; también incluye cambios en el comportamiento y ágiles respuestas a las cambiantes demandas del cliente, además de una dinámica cada vez más competitiva en los mercados globales. Podemos decir que es un mix entre adopción tecnológica y digital y adaptación de las mismas a nuevos modelos de negocios.
¿Cómo se mide el nivel de madurez digital de una empresa?
El nivel de madurez digital de una empresa se mide a través de un conjunto de indicadores que reflejan su capacidad para adaptarse a los cambios en el entorno tecnológico y maximizar el aprovechamiento de las herramientas digitales.
Estos indicadores pueden incluir la inversión en transformación digital, la implementación de tecnologías específicas, y la capacidad de la empresa para realizar acciones digitales. Se pueden utilizar modelos de evaluación que analizan diferentes aspectos del negocio en relación con su uso de la tecnología digital.
El set de indicadores dependerá mucho de la industria, la empresa y también su cultura organizacional.
¿Cómo puedo saber si tengo un bajo nivel de madurez digital?
Existen varias formas de evaluar el nivel de madurez digital de una empresa. La primera que podemos ejecutar es un autodiagnóstico o test que analice los pilares de la transformación digital: Omnicanalidad, Customer Experience, Data Analytics y Cultura empresarial.
También se puede evaluar la madurez digital a través de la combinación de dos dimensiones: la intensidad digital, que hace referencia a las iniciativas tecnológicas en las que una compañía invierte, y la intensidad de la gestión transformacional, es decir, la creación de la capacidad de liderazgo esencial para impulsar la transformación digital.
Como vemos, sin un liderazgo clave y alineado a los procesos de cambios que gestionen con incertidumbre y en contextos complejos, la madurez digital no tendrá chances de suceder.
¿Por qué es importante apostar por una aceleración del nivel de digitalización?
La aceleración de la digitalización es crucial para las empresas porque permite atraer y retener talento, aumentar el volumen de negocio, y adaptarse a un entorno económico cada vez más inestable.
Además, la digitalización puede abrir nuevas oportunidades de negocio, mejorar la satisfacción del cliente, optimizar y mejorar los procesos internos.
Pero cuidado, no son todos beneficios. Si la organización no cuenta con una base tecnológica coherente y un management con visión de cambio, ¡todo será más cuesta arriba!
¿Cuáles son las tecnologías asociadas a un mayor nivel de madurez digital?
Todas las tecnologías impulsan la transformación digital en menor o mayor medida, ya que siempre tendrán un impacto determinado en la organización. Las más nuevas o emergentes tendrán un impacto diferenciador, pero su riesgo de adopción y beneficio será más difícil de validar, inicialmente.
Hoy podemos decir que las tecnologías que pueden ser las más utilizadas en este tipo de procesos de cambios son:
- Big Data
- Inteligencia artificial
- Internet de las cosas (IoT)
- Cloud computing
- Machine learning
Estas tecnologías permiten a las organizaciones mejorar sus procesos y ofrecer soporte en áreas como los chatbots, el análisis predictivo, la visión artificial, el blockchain, y la automatización robótica de procesos.
¿Cuáles son los marcos más conocidos para medir el nivel de madurez digital de la empresa?
Existen varios marcos para medir el nivel de madurez digital de una empresa. Algunos de los más conocidos son el índice de madurez digital propuesto por Íncipy e Inesdi en España, el modelo de madurez digital de Google y BCG, y el Indicador de Madurez Digital (IMD), que evalúa las capacidades y resultados de una organización ante el reto de la transformación digital.
También tenemos el Cociente Digital de McKinsey, lanzado en 2015, que es una propuesta creada y difundida por la propia compañía para evaluar las medidas estratégicas, la cultura digital y las capacidades de una organización.
Ejemplos de diferentes maneras de medir la madurez digital
Por ejemplo, una empresa de consultoría podría utilizar un modelo de madurez digital para evaluar el grado de madurez que tiene una compañía en su proceso de transformación digital. Este modelo emplea una escala que permite medir el nivel de adherencia digital que tiene la empresa en estudio, ayudando a identificar sus fortalezas y debilidades en cuanto al uso de la tecnología.
Como comentamos al inicio, una empresa de tecnología podría realizar un autodiagnóstico que analiza los pilares de la transformación digital: Omnicanalidad, Customer Experience, Data Analytics y Cultura empresarial. Este diagnóstico permitiría identificar si la empresa está aprovechando las oportunidades y los recursos tecnológicos a su disposición para potenciar los procesos internos en 3 dimensiones: operativa, técnica y estratégica.
Una mirada muy interesante para no perder el foco es que las empresas líderes en madurez digital en el mundo tienen tasas de crecimiento de EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) hasta 5 veces más altas que otras empresas. Esto demuestra el impacto positivo que puede tener la aceleración de la digitalización en el rendimiento financiero de una empresa.
Conclusiones
La madurez digital dependerá mucho, también si la empresa está en proceso de transformación digital o es nativa digital, su índice de madurez será muy diferente.
Debido a esto es bueno comenzar entendiendo donde estamos parados y hacia dónde queremos ir, con las herramientas y personas actuales, con las posibilidades de inversión y crecimiento realistas y cocreando en el Sr. Management, un roadmap de crecimiento sostenible, alineado al entorno cambiante en el que convivimos.
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