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Buena planificación fiscal: las 4 reglas de oro

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Maximizar el ingreso después de impuestos aprovechando todas las deducciones, créditos y aplazamientos que se proporcionan en el Código de Impuestos hace que otros objetivos financieros sean más accesibles. Pero, para ello es necesaria una buena planificación fiscal.

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En las siguientes líneas recopilamos las mejores prácticas de la industria para lograrla.

Las claves de una buena planificación fiscal   

Una buena planificación fiscal depende de la experiencia y formación del profesional que se encarga de llevarla a cabo, aunque, siempre puede mejorar aplicando las siguientes reglas:

  1. Constancia. Es necesario recordar que la planificación fiscal es un ejercicio de todo el año. Una buena planificación fiscal es similar al mantenimiento de una vivienda. La diligencia adecuada mantiene las reparaciones en pequeños problemas, minimiza los daños y asegura que no se necesita una reconstrucción importante. Acogerse a las opciones de pagos de impuestos trimestrales puede ser un buen sistema para revisar los activos y el impacto de cada activo en las ganancias brutas.
  1. Mantener buenos registros. La documentación adecuada es esencial para el correcto análisis y cálculo de los impuestos. En plena era digital, una buena planificación fiscal requiere del soporte adecuado y de automatización. Puede ser peligroso confiar en la memoria o gestionar los recibos que se encuentran archivados en distintas estanterías de la oficina. Los estados de cuenta mensuales deben archivarse para su fácil recuperación y almacenamiento seguro, no sólo para poder planificar, sino también para responder a los requerimientos de la Autoridad Tributaria, caso de plantearse.
  2. Reportar todos los ingresos. Descuidos, falta de diligencia o errores de terceros pueden llevar al negocio a olvidar reportar ingresos. Legalmente, podría considerase como un intento de evasión de impuestos y acarrear graves consecuencias para el negocio. Por lo tanto, caso de omitir involuntariamente los ingresos en una declaración de años anteriores, conviene presentar una declaración enmendada lo antes posible y mejorar el sistema de archivo y gestión, para que no vuelva a suceder y evitar multas y sanciones.
  3. Maximizar las deducciones personales. La ley recoge distintas posibilidades de deducción relativas a impuestos estatales y locales, intereses hipotecarios, donaciones caritativas, impuestos a la propiedad y otros gastos que pueden tenerse siempre en cuenta en una buena planificación financiera. La información es poder y, a mayor conocimiento de las leyes vigentes, mayores posibilidades existen de poder acogerse a alguna deducción y no perder la oportunidad de ahorrar.

Por último, en toda buena planificación fiscal hay que tener en cuenta los plazos en que se pueden obtener las devoluciones a favor. Con el objetivo de aplazar gastos y acelerar los ingresos, siempre habrá que estar atento de las condiciones que se negocien para las compras y ventas de activos, sobre todo en los casos en que sean variables y cambien de año a año.

Aunque una gestión de este tipo puede añadir algo de complejidad a la gestión, pronto se empezarán a ver los resultados de una buena planificación.

¿Ya sabes qué gastos pueden pagarse por adelantado o abonarse de forma temprana para maximizar una deducción? ¿Tienes claro que bonos y las adjudicaciones de acciones deberían aplazarse de un año a otro si se prevé que los impuestos serán menores el próximo año?

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