Black Friday & Cyber Monday: Un desafío logístico
Entre los mayores desafíos logísticos de los últimos tiempos aparece un evento de e-commerce que permite evaluar la capacidad de respuesta de cada operador. Se trata de la combinación del Black Friday con el Cyber Monday.
El Black Friday es el día después del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, es decir, el día siguiente al cuarto jueves del mes de noviembre. Originariamente inaugura la temporada de compras navideñas con significativas rebajas en las tiendas minoristas y grandes almacenes. El término surge en Filadelfia para describir el denso movimiento de gente y tráfico vehicular que se generaba ese viernes, aunque existe una corriente que revela que el color negro hace referencia a que la contabilidad de los comercios pasaba de rojo a negro, indicando superávit luego del evento.
Con el uso de la tecnología, algunas grandes empresas comenzaron a fomentar este día para realizar atractivas rebajas de precios, por medio de la compra online. Poco a poco, esta euforia de compra comenzó a expandirse y traspasar las fronteras de Estados Unidos y Canadá, para llegar a Europa y posteriormente a Latinoamérica. Para citar un ejemplo, en el 2013, la empresa Walmart introduce el concepto en Argentina. Obviamente no llevó mucho tiempo para vislumbrar las altas rentabilidades que genera equilibrar el mix precio-volumen de ventas y un solo día de compra no era suficiente. Aparece así el Cyber Monday.
El Cyber Monday es un día dedicado a compras por Internet y se celebra el lunes después de la festividad de Acción de Gracias.
Actualmente, más que dos días aislados de compras se tiene entre cuatro y cinco días consecutivos, que incluye un fin de semana completo como para dar tiempo a todo el mundo a efectuar sus compras.
Pero hasta aquí tenemos solo la curiosidad del evento. Hablemos de lo que implica en logística. Los datos de ventas demuestran que en estas fechas el volumen de movimientos llega a triplicarse, siendo necesario contar con operadores logísticos capaces de asumir la demanda y garantizar las entregas. Las roturas de stock, las incidencias logísticas y de transporte o la falta de organización son muy comunes en estas fechas. Pero, además, existe un aumento exponencial de cambios y devoluciones en los días posteriores, marcando la importancia de logística inversa.
Por lo tanto, sería un buen momento para pensar en algunas estrategias de operaciones, si se quiere ser competitivo:
- Para reducir la complejidad de la distribución, el concepto de DDMRP (Demand Driven Material Requirements Planning, para situar almacenes y centros de distribución estratégicamente cercanos a la demanda, puede ser una solución que agrega valor.
- Trabajar con procesos Pull. Muchos de los procesos que hoy son el estilo push pueden transformarse a pull. Claros son los ejemplos de McDonald’s y SARA.
- Los conceptos de cooperación y colaboración, para crear clusters transitorios, de forma tal de compartir los medios de transporte, tanto para la logística de distribución como la logística inversa.
- Si bien los datos de e-commerce marcan, año a año, una tendencia incremental exponencial no predecible, es un buen momento para introducir los beneficios del Big-Data, que van desde la generación de una base de datos con múltiples variables hasta la representación de posibles escenarios, que pueden mejorar la previsión de la demanda.
- Contar con un Software de Gestión de Almacenes (SGA) bien implantado, permite integrar las características del almacén, con la demanda y con el operador logístico, para hacer más eficiente el proceso y la gestión de inventarios.
- Finalmente y entre los aspectos más importantes, contar con el knowledge adecuado para afrontar la gestión con éxito. Personal altamente capacitado y managers que cuenten con algún posgrado o máster en logística y supply chain management.
Como corolario se puede decir que para que el Black Friday no se torne un Dark Fraiday, contar con organizaciones ágiles y flexibles, sigue siendo el secreto.