2 métodos de valoración de empresas que te abren los ojos
Para decidir sobre una compra, una fusión o una inversión no basta con aplicar métodos de valoración de empresas. Si bien en la teoría se trata de algo así de sencillo, en el mundo real el valor puede variar dependiendo del tipo de negocio y de muchos otros factores, complicando el proceso de evaluación.
No obstante, pese a que pueden emplearse diferentes técnicas para ganar en visibilidad sobre el valor de mercado de una compañía, los métodos de valoración de empresas que se utilicen deben ir siempre enfocados a conocer la capacidad de la empresa para generar beneficios.
Métodos de valoración de empresas para todos los tipos de negocio
La evaluación de los negocios es, en realidad un punto de partida; aunque es evidente que la información que revelan sus conclusiones puede resultar determinante a la hora de tomar una decisión final.
Por eso, conviene escoger los métodos de valoración de empresas que entregan una perspectiva más completa y fiable. Se trata de los siguientes:
- Evaluación de los activos. Este procedimiento resulta sencillo y eficaz a la hora de obtener una instantánea de la rentabilidad financiera de un negocio. Si bien, a diferencia de otros métodos de valoración de empresas, tiene una utilidad algo reducida, ya que su aplicación no estaría tan recomendada para compañías que no contasen con una gran cantidad de activos.
En este proceso se deben tener en cuenta el inventario, el valor justo de mercado de la propiedad, planta y equipos; los cambios en la propiedad física que se podrían considerarse como parte de la propiedad a la hora de proceder a su venta o arrendamiento y el nivel de ingresos efectivos del propietario del negocio a lo largo de doce meses.
- Evaluación de la capitalización del ingreso. Este ejemplo es una muestra de la gran diferencia de métodos de valoración de empresas que pueden aplicarse. Concretamente, esta técnica estaría recomendada para compañías del sector servicios, puesto que se centra en la evaluación de los activos intangibles.
Pese a parecer un cálculo muy abstracto, en realidad es bastante asequible y consiste en asignar una puntuación a distintas variables, tras cuya valoración habría que proceder a hacer un promedio que permita averiguar el coeficiente de capitalización. Éste, a su vez, debería multiplicarse por la cantidad discrecional del comprador que determinaría el valor de mercado de negocio.
Entre las variables a considerar se encuentran la rentabilidad de la compañía, su potencial futuro, madurez tecnológica, fortaleza de la competencia, motivo por el que ha salido a la venta, o base de clientes, entre otras.
No se trata de los únicos métodos de valoración de empresas, ya que existen muchos más que pueden ser utilizados, como la evaluación del beneficio del propietario, que se centra en el registro de flujo de caja discrecional, o el coeficiente empresarial, también conocido como el precio de mercado, que se basa en establecer una comparativa con el precio de las empresas similares que se han puesto en venta recientemente. Lo importante a la hora de escoger la técnica a aplicar es disponer de la información suficiente y realizar el análisis en base a datos de calidad. Si no hay fiabilidad en las métricas, tampoco la habrá en los resultados, por muy completos que sean los métodos de valoración de empresas aplicados.