Ser innovador de éxito supone estar condenado a ser copiado
Si eres un innovador de éxito ten por seguro que van a copiarte lo que hagas. Este es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las empresas y las personas que innovan porque los que copian en muchas ocasiones no tienen que asumir los costes para desarrollar esas innovaciones, especialmente los costes que se producen durante el proceso cuando se busca la solución adecuada. Pero además de la copia lo que también afecta al negocio son las falsificaciones porque estas suponen que el cliente deje de comprar el producto original por un producto fabricado por un tercero que no tiene la misma calidad, tampoco queda cubierto por ninguna garantía y a menudo su vida útil es notablemente inferior al original.
Para concienciar sobre este problema cada año el 30 de junio se celebra el Día Mundial Antifalsificación. Esta celebración pretende difundir en la Sociedad el impacto que supone la falsificación en su entorno y a nivel global, así como los efectos directos y colaterales de la compra de productos falsos.
Aunque lo cierto es que la visibilidad que tiene esta fecha en los medios no siempre es la deseable, pero ello no debe ser excusa para que se produzca una permisividad con aquellos que fabrican, distribuyen y venden productos falsificados. Hay que tener en cuenta que estos productos falsificados al comercializarse en “mercados alternativos” no suponen el pago de ningún impuesto con lo que detraen de las arcas públicas los correspondientes ingresos fiscales, pero además provocan que las empresas de la toda la cadena que afecta al producto (proveedores, fabricante, distribuidores y comercializadores) dejen de contratar personas porque las ventas no son las que corresponderían si todas las compras fueran legales.
Esta cuestión de las falsificaciones hace necesaria una adecuada gestión de la propiedad intelectual e industrial en las empresas, es decir, se debe procurar tener registradas las marcas de los diferentes productos o servicios, pero también se debería proteger por patente todas aquellas invenciones que creamos que tienen una novedad relevante y que sea adecuado tener protegido (aunque otra alternativa, en aquellos países que la contemplen, es el modelo de utilidad). Y también deberíamos considerar la protección de los dibujos o modelos (diseños industriales).
Pero no solo es necesaria una actuación proactiva en la protección sino también se deben utilizar los instrumentos legales existentes en contra de los que infringen los elementos de propiedad industrial que hemos citado; pero también se debe influir e incidir en las Administraciones Públicas para que actúen en minimizar el impacto que suponen esas falsificaciones, pero especialmente para evitar que estas falsificaciones lleguen al mercado alternativo.
Como ya se ha dicho que un producto innovador tenga éxito supone que haya muchos que quieran copiarlo porque este es uno de los precios que tiene el éxito, que aparezcan imitadores. Pero a veces no solo se dedican a imitar sino que incluso pueden mejorar de forma sustancial la innovación inicial. Con lo que se hace imprescindible para las empresas que innovan por primera vez el tener claro que una vez se ha iniciado el “camino de la innovación” ya no se puede parar. Se ha de innovar de forma continuada si no queremos que los competidores nos acaben ganando.
Y para innovar de forma continuada debemos de tener un sistema de “gestión de la innovación” que no solo exponga por escrito que se debe hacer y cómo se debe hacer, y que además se sustente en una innovación sistemática y continuada. Pero no solo se requiere lo anterior sino que este sistema debe estar apoyado en una cultura de la innovación que tenga como principales apóstoles a la Alta Dirección de la empresa y a la Gerencia.
Y desde la cúspide de la empresa se deben tomar las decisiones orientadas a invertir en el principal pilar de la innovación en las empresas que son los empleados innovadores (y estos deben ser todos los empleados) por lo que se requiere que se incorporen programas de formación en innovación globales en los que se forme a todos los empleados sin excepción. Pero esto debería ser uno de los elementos de un sistema de Compensación Total vinculado a la innovación y a una gestión innovadora de los Recursos Humanos que no solo sea responsabilidad del Departamento correspondiente sino que esté vinculado a los objetivos de todos los departamentos de la empresa.
Y aquí vuelvo al tema inicial de las falsificaciones, porque si los empleados son conscientes de lo que suponen las falsificaciones para su futuro deberían ser los primeros en informar a su empresa de las falsificaciones que puedan detectar de los productos de su empresa cuando están fuera de ella. Porque las falsificaciones suponen menos ingresos y si en la empresa existe un variable vinculado a los ingresos por innovaciones para todos los empleados entonces la falsificación afecta a sus ingresos anuales. Por el interés, te quiero Andrés.