Informe OBS: La industria farmacéutica: impacto sanitario, social y económico
La industria farmacéutica: impacto sanitario, social y económico
- El volumen de negocio de las compañías farmacéuticas sólo representa el 2,7 % del total de la industria española.
- La COVID-19 ha supuesto un cambio de paradigma para muchos ámbitos de la sociedad.
- El reto actual existente a nivel mundial tiene dos grandes dimensiones: la sanitaria y la económica.
OBS Business School ha publicado el informe de investigación: La industria farmacéutica: impacto sanitario, social y económico, realizado por Àlex Figueras, Licenciado en Farmacia por la UB, Posgraduado en Técnicas de Comunicación Empresarial por la UPF y Colaborador de la School of Health Management de OBS.
La industria farmacéutica tiene como función la investigación, desarrollo, fabricación y comercialización de productos destinados al diagnóstico, la prevención y la curación de los problemas de salud de las personas. En los países donde está implantada, la industria farmacéutica innovadora constituye uno de los sectores con mayor inversión en I+D, lo que genera ocupación de calidad y, en un importante porcentaje, femenina.
En España, según datos de la patronal de la industria farmacéutica Farmaindustria, la inversión en I+D de las empresas del sector supone el 18,9 % de la inversión global de la industria española en este ámbito, aunque el volumen de negocio de las compañías farmacéuticas sólo representa el 2,7 % del total de la industria española. Esta «intensidad en I+D» la sitúa en cabeza, junto a la industria aeroespacial.
Según Àlex Figueras, la crisis de la COVID-19 ha supuesto un cambio de paradigma para muchos ámbitos de la sociedad. Lógicamente, y de una forma especial, también para aquellos sectores relacionados con la salud de las personas. Los países más desarrollados no habían vivido desde hacía décadas situaciones de pandemia de esta magnitud, lo que ha generado nuevas necesidades y nuevas demandas, tanto a nivel epidemiológico como a nivel asistencial. En este contexto, el papel de la industria farmacéutica en materia de I+D+i se ha situado en un primer plano y se ha visto más esencial que nunca, por la necesidad de encontrar una vacuna o un tratamiento eficaz frente a la COVID-19.
Esta crisis sanitaria ha acelerado enormemente los procesos de desarrollo de las vacunas, habitualmente mucho más largos, y ha puesto el foco en la necesidad de garantizar el acceso global a estas vacunas y tratamientos, a la vez que ha evidenciado la necesidad de incrementar las inversiones de los estados en salud pública y atención sanitaria.
En el Informe, el autor nos cuenta que esta pandemia mundial ha tenido como consecuencia una importante crisis económica y social, con notables afectaciones, en forma de decrecimiento, en las economías de todo el mundo. De esta manera, el reto actual existente a nivel mundial tiene dos grandes dimensiones: la sanitaria y la económica.
La Industria farmacéutica puede tener un papel destacado en la resolución de ambas vertientes de la crisis. Por una parte, su actividad investigadora y su implicación directa en el desarrollo de vacunas y tratamientos eficaces frente al SARS-coV-2 la sitúan en una posición central en la respuesta contra esta enfermedad. De alguna forma, la industria farmacéutica lidera una lucha sanitaria sin precedentes en nuestra historia más reciente.
En el contexto social, resulta muy importante poner en valor a los sectores económicos más innovadores y estratégicos, que tienen capacidad de generar empleo de calidad y contribuir al desarrollo económico y social de los países. No hay duda de que el sector industrial farmacéutico, el sector biotecnológico y el sector de la salud en general son ámbitos con capacidad de contribuir a la reconstrucción económica de muchos países. Es fundamental, pues, crear marcos y políticas industriales que favorezcan su desarrollo.
El autor concluye diciendo que, la confluencia entre sistemas sanitarios públicos potentes y sectores industriales estratégicos, como el farmacéutico, competitivos y con capacidad de desarrollar vacunas y tratamientos innovadores, seguros y eficaces, asequibles para todos, es clave para la mejora de la salud de la población.