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Ley de Inteligencia Artificial de la UE: todo lo que debes saber

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La llegada y el desarrollo de la IA ha provocado que la legislación tenga que acomodarse a una nueva realidad. La responsabilidad por parte de las administraciones es vital para conseguir ajustar las nuevas tecnologías al ecosistema digital actual.

La UE trabaja para velar por un uso correcto de la Inteligencia Artificial, obteniendo lo mejor de ella sin violar los derechos de los ciudadanos. La creación de nuevas legislaciones es vital para estar al día con las necesidades que se crean.

¿En qué categorías clasifica la Ley de Inteligencia Artificial las aplicaciones de IA?

La Ley de Inteligencia Artificial propuesta por la Comisión Europea es la primera regulación global del mundo dedicada a esta tecnología. El objetivo de este Reglamento es proporcionar a desarrolladores e implementadores de IA requisitos y obligaciones en relación con los usos de esta.

Para garantizar un buen uso de la IA, la UE divide sus aplicaciones de en función de su nivel de riesgo. Esta clasificación tiene como fin supervisar el uso de la IA para garantizar la seguridad y el respeto de los derechos fundamentales.

Sistemas de IA de riesgo inaceptable:

En primer lugar, nos encontramos con unos sistemas prohibidos bajo la Ley de IA. La razón por la que esto ocurre es debido a que suponen una amenaza significativa para la seguridad, los derechos fundamentales y los valores de la Unión Europea. Entre ellas encontramos:

  • Sistemas que manipulan el comportamiento humano de manera que pueda causar daño físico o psicológico, como el uso de IA para técnicas subliminales.
  • Sistemas que explotan las vulnerabilidades de grupos específicos, como los menores o personas con discapacidades.
  • Sistemas de "puntuaje social" utilizados por autoridades para evaluar o clasificar la fiabilidad de las personas con base en su comportamiento social.

Sistemas de IA de alto riesgo:

A diferencia de los anteriores, estos sistemas no están prohibidos, pero están sujetos a requisitos estrictos debido a su potencial de impacto significativo en la seguridad y los derechos fundamentales. Deben cumplir con ciertos estándares antes de ser desplegados. Los ejemplos más claros de este tipo de sistemas son:

  • Sistemas de IA utilizados en infraestructuras críticas (como transporte, suministro de agua y electricidad) que podrían poner en riesgo la vida o la salud.
  • Sistemas de IA en el ámbito educativo o profesional que influyen en la toma de decisiones que afectan la vida de las personas, como evaluaciones académicas o de desempeño.
  • Sistemas de IA para la gestión de empleados, como aquellos que ayudan en la contratación, promoción o despido.
  • Sistemas de identificación biométrica remota en espacios públicos para propósitos de aplicación de la ley.

Sistemas de IA de riesgo limitado:

Cuando encontramos sistemas de IA con potencial de riesgo, pero que no de alto riesgo, precisamos de una transparencia adicional que permita informar a los usuarios de que están interactuando con una IA y no una persona real. Son seguramente los casos que más nos encontramos en nuestro día a día:

  • Sistemas de IA que interactúan con humanos, por ejemplo, los chatbots, que deben informar a los usuarios de su naturaleza artificial.

Sistemas de IA de Bajo Riesgo:

En último lugar, nos encontramos con los sistemas tienen un nivel de riesgo bajo y no están sujetos a regulaciones específicas en esta Ley europea. La mayoría de los sistemas de IA disponibles en el mercado están enmarcados dentro de esta categoría y su utilización es libre y sin restricciones. En este caso encontramos:

  • Filtros de Spam para correos electrónicos que analizan los mensajes recibidos basándose en patrones previos.
  • Sistemas de recomendación de contenidos como los que se utilizan en plataformas de streaming como Netflix o Spotify.

La importancia de regular la innovación dentro de los sistemas de inteligencia

La inteligencia artificial es la protagonista de muchos de los cambios en los que estamos inmersos actualmente. Esta tecnología está transformando rápidamente muchos aspectos de la vida moderna, desde la automatización de tareas hasta la personalización de servicios.

Sin embargo, como es lógico, estos avances tecnológicos suponen una serie de preocupaciones sobre su uso y la seguridad que se desprende de él. Esta es una de las principales razones por las que intenta controlar y regular, para garantizar que estos avances sean beneficiosos a nivel social:

Transparencia y responsabilidad

Es imprescindible garantizar la transparencia y la responsabilidad. Los algoritmos de IA no deben operar de manera opaca, dificultando la comprensión de cómo se toman decisiones y qué datos se utilizan. Si se consiguen establecer normativas claras, se puede exigir a las empresas un mayor control de sus sistemas de IA, lo que aumenta la transparencia y la confianza del público.

Seguridad y confiabilidad

La seguridad y confiabilidad de los sistemas de IA son otros dos aspectos críticos. Mediante una buena regulación, se puede asegurar que los algoritmos sean más seguros y sin errores o sesgos dañinos, así como la gestión de la privacidad de los datos que se manejan. Esto es esencial para algunos sectores como la salud, donde los sistemas de IA pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas. Estableciendo estándares de seguridad minimizamos los riesgos de incidentes o el mal uso de la IA.

Normas éticas

Unas normas éticas firmes son claves a la hora de enfrentar las situaciones más sensibles que se generan con el desarrollo de la IA. En este campo se incluyen temas como la privacidad, el consentimiento informado y la equidad en el acceso a tecnologías de inteligencia artificial. Al definir pautas éticas claras, se fomenta un uso más responsable y beneficioso esta tecnología.

Fomento de la innovación responsable

Una normativa bien diseñada no tiene por qué frenar la innovación, si no que puede fomentarla de una manera más responsable. Las regulaciones consiguen que las empresas comprendan mucho mejor las expectativas y los límites, reduciendo la incertidumbre y fomentando la inversión en tecnologías seguras y éticas.

¿Qué implica la creación del Comité Europeo de Inteligencia Artificial?

La creación del Comité Europeo de Inteligencia Artificial supone implementar un organismo que pueda encargarse de supervisar y coordinar la regulación y el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial dentro de la Unión Europea.

Este comité tiene varios objetivos:

  • Establecer normas comunes: Asegurar que las normas que se creen sean coherentes en toda la Unión Europea.
  • Supervisión y gobernanza: Supervisar la adherencia a las regulaciones de IA por parte de las empresas y organizaciones, aplicando sanciones cuando sea necesario.
  • Protección de derechos fundamentales: Respetar los derechos fundamentales de las personas, como la privacidad, la no discriminación y la dignidad humana.
  • Fomento de la Innovación Responsable: Estimular el desarrollo de tecnologías de IA innovadoras y responsables que contribuyan al bienestar social y económico de la UE.
  • Educación y Capacitación: Promover programas de educación y capacitación en IA para asegurar que la fuerza laboral europea esté preparada para los cambios tecnológicos.
  • Ética y Responsabilidad Social: Definir y promover principios éticos para el desarrollo y uso de la IA, asegurando que las aplicaciones de IA sean justas, seguras y confiables.
  • Promoción de la Competitividad: Posicionar a Europa como un líder global en el desarrollo y la regulación de la IA, fomentando la competitividad de la industria europea en el mercado global.
  • Gestión de Datos: Asegurar que el uso de datos en sistemas de IA cumpla con las regulaciones de protección de datos de la UE, como el GDPR.

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