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Guerra de Redes Sociales, Episodio I: INSTAGRAM

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Es de todos sabido la guerra que se está librando entre las redes sociales para captar más adeptos. Google+ ha entrado pisando fuerte, con ganas de llevarse una buena parte del pastel. Pero los demás no se lo dejan robar. Y la guerra tiene nombre: Instagram. La afrenta que ha iniciado la batalla ha sido que la nueva red social Google+ dispone en su red social de una aplicación muy potente que permite compartir fotos, y Facebook no se quiere quedar atrás.


Por su parte, Instagram es una empresa nacida en octubre de 2010, con sólo 13 empleados y con la única condición de ser una aplicación de los móviles de Apple, permite compartir fotografías entre los dispositivos móviles, y que actualmente acumula más de treinta millones de descargas.


 Con la compra de Instagram por parte de Facebook, la red social se ha gastado 1.000 millones de dólares (785 millones de euros), casi una cuarta parte de sus ingresos anuales, que en 2011 ascendieron a 3.700 millones de dólares (unos 2.800 millones de euros). Cuenta con diferentes aplicaciones: Carousel permite ver las fotografías desde el ordenador como si fuera un pase de diapositivas; Followgram muestra las fotografías en tamaño pequeño, como si fueran los negativos de las fotografías; Instagrid, con la que se puede desde mandar un correo adjuntando en él las fotografías de un determinado perfil hasta crear un collage temático mediante etiquetas; Ink361 es una web que pasa de lo digital a lo analógico convirtiendo las fotografías en imanes, pegatinas o chapas; y también Instaport, con la que con un nombre de usuario y una contraseña se pueden descargar las fotografías directamente al disco duro del ordenador o compartirlas en la red social Facebook. El primer día el éxito fue rotundo: se permite el uso a equipos Android y eso le supuso a la empresa 12 millones de nuevos clientes antes de que hiciera efectiva la compra por parte de Facebook, provocando tanto tráfico que incluso provocó cortes en el servicio. Pero también se han producido críticas por parte del público en relación a la privacidad. Una cosa es compartir con quién tu quieres o hacerlas públicas en el escaparate de Facebook, en donde si bien son públicas a tus amigos, no siempre queremos que todos nuestros amigos vean y sean partícipes de nuestra vida más personal. No hay duda que para Instagram el negocio ha sido redondo. Pero... ¿perderán los usuarios la confianza?