Gestión de equipos: minimizar el riesgo fomentando sinergias
Un grupo humano que no es capaz de trabajar junto o que, cuando lo hace, ralentiza las cotas de rendimiento individuales, es un riesgo para el proyecto. La gestión de equipos es una asignatura fundamental para cualquier Director de Proyecto. Quien asume la responsabilidad de guiar a otras personas hacia un objetivo común debe apoyarse en las estrategias adecuadas, ésas que le permitirán:
- Extraer el máximo valor del esfuerzo individual y conjunto del equipo de trabajo.
- Garantizar los niveles de motivación adecuados.
- Detectar los primeros síntomas de la aparición de problemas.
- Poner soluciones que consigan de grado de ajuste adecuado y la alineación necesaria con los objetivos de proyecto fijados.
Pero ¿cómo lograr todo esto en la práctica? La respuesta es clara: mediante la búsqueda de sinergias. Según la RAE, este concepto hace referencia a la "acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales". Este término, de origen griego, define una forma de entender la cooperación entre dos o más individuos que actúan de una forma determinada para alcanzar una meta común. Es la suma de sus esfuerzos la que les conduce al éxito, por separado nunca lo lograrían, no sería posible. Y es precisamente esta idea la que ha de trasladarse al enfoque de la gestión de equipos.
Gestión de equipos: cómo fomentar las sinergias
La gestión de equipos es una de las principales responsabilidades de un gerente de proyecto, que debe lograr crear sinergias. Su misión es amplificar los resultados de cada miembro de su equipo de tal manera que el resultado global sea mayor que las contribuciones individuales realizadas por cada miembro. Para promover el alto rendimiento que produce un trabajo en equipo eficaz dentro de un entorno de proyecto y minimizar los riesgos inherentes a este tipo de iniciativas, la gestión de equipos debe orientarse a:
1. Claridad en la definición de la visión y objetivos de proyecto: definir y comunicar con precisión y de forma fácil de comprender la visión y los objetivos de proyecto a todos los miembros de los equipos. Esto es importante para la coordinación general de los grupos humanos ya que sólo de esta forma se logra que todo el mundo se mueva en la misma dirección.
2. Precisión en el establecimiento de roles y responsabilidades: es un punto básico en la gestión de equipos y, por eso, el Director de Proyecto tiene que asegurarse de que todos los participantes en el proyecto entienden cuál es su papel y cuáles son sus responsabilidades. Esta tarea tiene una repercusión importante en la motivación, ya que actúa sobre el establecimiento de expectativas entre todos los interesados en el proyecto.
3. Impulso de un entorno colaborativo: fomentar la colaboración en el entorno de proyecto contribuye a que la solución de problemas y la toma de decisiones se lleven a cabo de forma participativa; un modo de entender la gestión de equipos que potencia su cohesión e impulsa la participación activa en el proyecto de todos los individuos.
4. Construcción de vínculos basados en la confianza: crear un ambiente de confianza tiene mucho que ver con procurar unos medios de comunicación abiertos, fomentar el respeto a los demás y escoger enfoques del tipo win-win. De este modo se está demostrando la confianza en el equipo y sus posibilidades y se modela un estilo de gestión más transparente y comprometido con las personas. La adopción de medidas en estas cuatro áreas establecerá las bases para un trabajo en grupo eficaz ya que, esta forma de gestión de equipos es la base para el desarrollo de grupos humanos de alto rendimiento, un paso más hacia el éxito del proyecto que logra, además, reducir el riesgo.