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Desastres Naturales: Logística Humanitaria

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Con mayor frecuencia con la que los medios de difusión lo mencionan, los desastres naturales y aquellos producidos por el hombre, afectan a millones de personas y ecosistemas. A partir del pasaje reciente de varios huracanes y terremotos en la zona de América Central, surge el siguiente post sobre Logística Humanitaria.

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, define como Desastre a un evento calamitoso, repentino o previsible, que trastorna seriamente el funcionamiento de una comunidad o sociedad y causa pérdidas humanas, materiales, económicas y/o ambientales, que desbordan la capacidad de la comunidad o sociedad afectada para hacer frente a la situación a través de sus propios recursos.

Cada situación de desastre es única y las dificultades inherentes determinan el nivel de desafío a enfrentar, para llevar provisiones y recursos a las regiones damnificadas. La aplicación de conocimientos y habilidades, más la movilización de personas y materiales, es esencial para atender rápida y efectivamente a la población afectada.

La logística humanitaria se define como el proceso de planificación, implementación y control efectivo y eficiente de los flujos de productos, materiales e información desde los donantes hasta las personas o sector afectados, con el fin de satisfacer las necesidades de supervivencia.

La logística es el elemento más importante en cualquier esfuerzo de ayuda ante un desastre y el que hace la diferencia entre una operación exitosa o fallida. Además, es la parte más costosa de cualquier ayuda ante desastres, se estima alrededor del 80% del costo total de la ayuda (Van Wassenhove, 2006).

Las operaciones de logística humanitaria son mucho más complejas que las de la logística de negocios o empresariales, por así llamarla. No solo porque se requiere responder inmediatamente a situaciones no predecibles en lo que respecta a la demanda (cuánto), sino también porque no se tiene certeza de cuándo, dónde y cómo se proporcionará la ayuda. Incluso, en los lugares propensos a los desastres naturales, en donde se suele contar con planes de contingencia y evacuación, siempre existen variaciones y eventualidades que escapan a todo pronóstico. Adicionalmente a la incertidumbre, hay que agregar la complejidad de que las donaciones provistas sean las que realmente se necesitan y no otras que únicamente provoquen la saturación de los almacenes de las organizaciones humanitarias. Sin mencionar la problemática de políticas locales (por ejemplo, aduaneras) que provocan cuellos de botella y frenan el flujo de los recursos requeridos para cubrir las necesidades básicas para la sobrevivencia de las personas afectadas.

Nada de esto ocurre en la logística de negocios, donde las decisiones no deberían ser tomadas en circunstancias apremiantes, sino de una forma planificada y con tiempo. La logística humanitaria incluye a la agilidad como parte intrínseca y no sólo como una oportunidad de mejora competitiva.

Independientemente de la incertidumbre, se debe estar preparado. Según los autores R. Tomasini y L. Van Wassenhove, la estrategia de preparación para una catástrofe incluye:

  • Selección y capacitación de las personas que se harán cargo de planear, coordinar e intervenir en caso de desastre.
  • Almacenar, codificar y utilizar la información sobre eventos anteriores para mejorar las estrategias de prevención y ayuda.
  • Administración de operaciones (actividades de logística, centros de acopio, centros de atención sanitaria, albergues, diseño de las rutas de distribución de los recursos y de las vías de evacuación, etc.).
  • Asignación de recursos financieros para las operaciones.
  • Concertar alianzas con distintas entidades o stakeholders (gobierno, instituciones privadas, ONG, la propia comunidad, comunidades vecinas, etc.) para coordinarán ayuda en caso de siniestro.

Durante la ejecución, es decir, en la fase de ayuda luego del desastre, el supply chain management enfrenta una demanda incierta, falta de fuentes de suministro y de dificultades en la red de transporte. Para ello, la rápida especificación de los recursos y la identificación de las fuentes de abasto es fundamental para satisfacer la demanda y evitar la acumulación de materiales no requeridos (combinación de concepto de Just in Time y DDMRP). Por otro lado, el transporte de productos hacia la zona afectada debe tomar en cuenta la rapidez de los flujos y garantizar la higiene, calidad y conformidad de los productos y materiales enviados.

Finalmente, cabe mencionar que la logística aplicada a desastres es un campo que implica altos desafíos, mucha experiencia, conocimientos y una dosis perfecta de improvisación planificada, con lo que esta combinación de palabras implica.